La Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional condenó al pago de 350 mil pesos al Centro de Obstetricia y Ginecología y al doctor Adonis Lajara a favor de la señora Cinthya Flores, madre de un menor de dos años y seis meses atendido en el lugar y que desarrolló una gastritis eritematosa moderada con aumento del patrón vascular.
Este suceso le ocurrió al infante luego de recibir dos dosis consecutivas de un medicamento denominado hidrato de cloral, previo a la realización de una tomografía.
El tribunal consideró que no se realizó el protocolo evaluativo para determinar las características necesarias para decidir la administración de una segunda dosis, y que conforme a la práctica médica, esas evaluaciones son obligatorias.
En ese sentido, verificó la falta del centro y del galeno, y producto de esas omisiones se derivó un deterioro en el estado de salud del menor, verificándose el vínculo de causalidad entre el hecho generador y los daños provocados como consecuencia de sobre-medicación que sufrió.
Expediente
En el expediente, se establece que la noche anterior el menor sufrió una caída de la cama y el galeno le puso un medicamento para bajar la hinchazón, pero no cedió por lo que procedió a llevarlo al referido centro.
En la unidad de radiografías, el Dr. Adonis Lajara le suministró una jeringa de 100 cc conteniendo una solución de hidrato de cloral para dormirlo, con la orden de que si en 20 minutos no se dormía para hacerle el procedimiento, debía aplicarle 5cc adicionales.
“El técnico se asombró y decidió confirmar la información con el propio Dr. Lajara” dice la madre.
El niño se despertó, cinco horas después, “revolcándose en la casa, llorando, retorciéndose, gritaba y solo decía: mi barriga, mi barriga”.
Ahí comenzó un viacrucis de la madre con el niño donde, al regresarlo al Centro de Obstetricia y Ginecología, lo revisaron varios galenos quienes le dieron desde un Gatorade, hasta Taural y Sucramal granulado, sin cambiar el patrón médico del paciente que seguía aquejándose de dolor y vomitando de todo lo que consumía.
Luego de varios exámenes, decidió llevarlo a otros centros de salud y fue en el Centro Médico Escaño, donde la Dra. De Oleo lo revisó y dijo que estaba muy deshidratado y con fiebre, le canalizaron y le prescribió una dosis de 15 gotas por minuto para hidratarlo, tomando un mejor semblante e ingiriendo un poco de caldo por primera vez.
Luego de 12 días pudo comer algo sólido y recibió el alta médica con la condición de que continuara con un costoso y estricto tratamiento por un período de un mes y medio desde la casa, prohibición de ir a la escuela por el mismo tiempo y una estricta dieta.
La señora Cinthya Flores demandó al centro por RD$18,000,000.00.
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