InicioPolítica¿Por qué los jóvenes no confían en la política? Hablemos claro

¿Por qué los jóvenes no confían en la política? Hablemos claro

La desconfianza de los jóvenes en la política no es nada nuevo, pero cada vez es más profunda. En lugar de acercarlos, el sistema parece alejarlos más con cada elección. Hartos, muchos sienten que la política no habla su idioma ni responde a sus realidades. ¿Por qué ya no creen? ¿Qué los empuja a desconectarse del sistema?

La sombra de la corrupción y la falta de transparencia

Uno de los principales detonantes de esta desconfianza es la percepción generalizada de corrupción. Los jóvenes son testigos de escándalos que salpican a figuras políticas, casos de malversación de fondos y procesos judiciales que, a menudo, no terminan en una justicia efectiva. Esta falta de transparencia y la impunidad percibida generan un profundo cinismo: si el sistema está «roto», ¿por qué participar?

Promesas no cumplidas y la sensación de ser invisibles

Cada ciclo electoral viene cargado de promesas: mejor educación, más oportunidades de empleo, mayor seguridad, mejor sistema de salud. Sin embargo, muchos jóvenes ven cómo estas promesas quedan en el aire una vez que los políticos llegan al poder. Esta brecha entre el decir y el hacer crea una sensación de desconfianza y un sentimiento de que sus preocupaciones no son una prioridad real para quienes toman las decisiones.

Falta de representación: ¿Dónde están sus voces?

La agenda política tradicional, a menudo, no conecta con los intereses y valores que mueven a las nuevas generaciones. Temas como el cambio climático, la salud mental, la igualdad de género, la digitalización del empleo y la calidad de la educación son cruciales para los jóvenes, pero sienten que no son abordados con la urgencia o la profundidad necesarias. Esto lleva a la frustración de no verse representados en el discurso político ni en los espacios de poder.

Polarización y el discurso divisivo

El ambiente político actual, marcado por una creciente polarización y un discurso a menudo agresivo y divisivo, repele a muchos jóvenes. Las redes sociales amplifican esta confrontación, mostrando una imagen de la política como un campo de batalla de intereses en lugar de un espacio de construcción y diálogo para el bien común. Prefieren alejarse de un entorno que perciben como tóxico.

Desconexión con la realidad diaria de los jóvenes

Finalmente, existe una sensación de que la clase política vive en una burbuja, desconectada de los desafíos reales que enfrentan los jóvenes: la precariedad laboral, la dificultad para acceder a una vivienda, la presión académica y la ansiedad sobre el futuro. Cuando las soluciones propuestas no resuenan con sus vivencias, la política se percibe como algo ajeno e irrelevante.

📌 ¿Qué quieren los jóvenes de la política?

  • Que los escuchen, no solo los usen para votos.
  • Soluciones reales, no promesas en discursos.
  • Espacios para participar sin tener que ser parte de un partido.
  • Ver jóvenes liderando, no solo adultos de siempre.

Entender estas razones es el primer paso para reconstruir la confianza. Pero ojo: alejarse también tiene consecuencias. Si los jóvenes no se meten en el juego político, otros deciden por ellos. Por eso, más que alejarnos, hay que encontrar nuevas formas de involucrarnos, exigir, proponer y, sobre todo, hacer ruido.