Montevideo, Uruguay. – El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, concluyó su estadía en Uruguay con una visita al exmandatario uruguayo José «Pepe» Mujica, en su residencia ubicada en las afueras de Montevideo.
La visita se llevó a cabo alrededor de las 5:00 de la tarde, donde Abinader estuvo acompañado del embajador dominicano en Uruguay, Fidel Santana; el senador por la provincia Santo Domingo, Antonio Taveras; y el exministro de Obras Públicas, Deligne Ascención. Al llegar a la residencia de Mujica, el presidente dominicano y su comitiva fueron recibidos por el exmandatario uruguayo y su esposa, Lucía Topolansky, quienes los acogieron en su pequeña sala de estar.
Un encuentro lleno de simbolismo
El encuentro fue de gran importancia para Abinader, quien ha expresado en varias ocasiones su admiración por Mujica, a quien considera un líder de impacto mundial. Durante la reunión, el presidente dominicano destacó la influencia de Mujica y subrayó su enfoque humanista y pragmático en temas cruciales como la justicia social, la paz y la equidad. «La visión, los principios y la experiencia de Pepe Mujica son una fuente de inspiración para los líderes de América Latina y del mundo», expresó Abinader.
Como parte del intercambio, Mujica obsequió al presidente Abinader uno de sus libros, firmado especialmente para él. A cambio, el mandatario dominicano le entregó un valioso presente a la pareja uruguaya.
El encuentro fue propicio para que ambos líderes intercambiaran ideas sobre temas de actualidad internacional. Discutieron la situación política, económica y social de América Latina, y compartieron reflexiones sobre la democracia y los desafíos globales. Abinader aprovechó la ocasión para recibir los consejos y enseñanzas de Mujica, quien es considerado uno de los políticos más carismáticos y respetados en la región.
Sobre José «Pepe» Mujica
José Mujica, quien fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, es reconocido por su estilo de vida austero y su firme compromiso con los derechos humanos. Su legado político ha dejado una huella profunda en América Latina, siendo considerado un referente en cuanto a los valores democráticos, la justicia social y la igualdad.
