Este 12 de mayo celebramos el Día Internacional de la Enfermería, una fecha que nació en honor al natalicio de Florence Nightingale, considerada la madre de la enfermería moderna. Pero hoy, más allá de la historia internacional, queremos mirar hacia lo nuestro.
Las pioneras dominicanas
En República Dominicana, la enfermería profesional comenzó en 1926 con la graduación de Isabel Corina Best y Angelina Brito en la Escuela de Enfermería del Hospital Internacional. Dos mujeres que marcaron un antes y un después en la atención médica del país y que, con su vocación, abrieron camino para miles más.
Desde entonces, muchas han seguido sus pasos, demostrando que
ser enfermera va más allá de una carrera: es un compromiso con el cuidado, con la empatía, con estar presentes en los momentos más vulnerables de la vida. Y en un sistema de salud que muchas veces olvida a quienes están en la primera línea, su trabajo es más necesario que nunca.
Reconocimiento y desafíos actuales
Según datos del Servicio Nacional de Salud (SNS), la Red Pública de Servicios de Salud cuenta con más de 23,000 colaboradores en el área de enfermería, quienes desempeñan un papel clave en la atención y promoción de la salud en hospitales y centros de atención primaria. Sin embargo, este personal enfrenta desafíos significativos, como la necesidad de mejoras en sus condiciones laborales y salariales.
En años recientes, se han realizado esfuerzos para incrementar el número de profesionales y mejorar su bienestar, pero aún queda camino por recorrer.
Nuestras enfermeras. Nuestro futuro
Las enfermeras son parte clave para construir un sistema de salud más humano, más justo y más eficiente. Porque sin enfermeras, no hay salud.
Este 12 de mayo no solo celebramos a quienes aplican inyecciones o monitorean signos vitales. Celebramos a las que hacen milagros con paciencia, empatía y entrega total. Las enfermeras (y enfermeros) son el verdadero corazón del sistema de salud.