EsquinaRD. – En República Dominicana, la Nochebuena no es solo una fecha en el calendario, es una tradición viva que mezcla fe cristiana, herencia cultural y un profundo sentido de familia. Cada 24 de diciembre, los hogares dominicanos se preparan para celebrar el nacimiento de Jesús con gratitud, unión y esperanza.
Desde temprano, las casas se llenan de aromas que anuncian fiesta, cerdo asado o pollo horneado, moro, pasteles en hoja, ensalada rusa y ponche crema. La cena se convierte en el punto de encuentro donde se reúnen varias generaciones, muchas veces después de meses sin verse, reafirmando los lazos familiares.
Nochebuena Dominicana
La fe ocupa un lugar central en la Nochebuena dominicana. Para muchos, la jornada inicia o culmina con una oración en familia o la asistencia a la tradicional Misa de Gallo, como acto de agradecimiento y reflexión sobre el verdadero significado de la Navidad.
Más allá de la comida y la música, Nochebuena es compartir. Es visitar a los vecinos, llamar a quienes están lejos, recordar a los que ya no están y abrir espacio para el perdón y la reconciliación. Es una noche donde el dominicano se reconoce en el otro.
Así, entre villancicos, risas y abrazos, la Nochebuena reafirma su esencia, fe que sostiene, familia que abraza y una unión que, al menos por una noche, lo puede todo.
