En un momento donde las redes sociales han cambiado las reglas del juego de la comunicación, el país debate una nueva propuesta legal que busca regular la libertad de expresión. ¿Se trata de censura encubierta o de una herramienta necesaria para poner orden en el caos digital? Esa fue la pregunta clave durante un panel celebrado este miércoles en la PUCMM, donde periodistas y abogados coincidieron: no es una «ley mordaza», pero sí un paso urgente.
No todo el que publica es periodista
Durante el panel, figuras como Aníbal de Castro (Diario Libre) y Fausto Rosario (Acento), junto a los abogados Eric Raful y Jimena Conde, hablaron sobre los riesgos de no tener una legislación adaptada a los nuevos tiempos. Para De Castro, una parte de la resistencia al proyecto viene del crecimiento de medios electrónicos y el uso descontrolado de plataformas digitales, donde cualquiera puede publicar sin responsabilidad alguna.
“Hay que diferenciar entre periodismo profesional y simples usuarios”, insistió, señalando que en el ecosistema digital actual, la comunicación sin filtro ha abierto paso a discursos de odio, fake news y desinformación sin consecuencias.
El proyecto no impone censura, pero sí responsabilidades
De Castro fue enfático en rechazar la idea de que se trata de una mordaza. Según él, el proyecto reconoce que toda persona puede expresarse libremente, pero también establece que esa libertad conlleva consecuencias: “Uno puede decir lo que quiera, pero tiene que asumir la responsabilidad”.
Jimena Conde reforzó esa idea desde lo legal: “Si hay abuso, no hay libertad”. Para ella, el proyecto busca evitar el descontrol sin imponer censura, y además trae avances poco comentados como el reconocimiento del derecho al acceso igualitario a internet.
Rosario: las redes están afectando la credibilidad del periodismo
Fausto Rosario advirtió que la falta de control en redes está afectando la confianza en los medios. “Ahora cualquiera puede ser un desequilibrado mental con un celular y viralizar cualquier cosa”, dijo. Explicó que este nuevo panorama está golpeando a los medios formales, que compiten con información falsa o manipulada que circula sin límites.
Citó un informe del Instituto Reuters que revela que, en países como Brasil, la confianza en los medios está por el suelo, y advirtió que República Dominicana podría ir por el mismo camino si no se regulan los excesos.
La abogada Jimena Conde cerró con una invitación a la ciudadanía: “Este proyecto no solo busca controlar, también incluye derechos como el acceso justo al internet, y eso nadie lo está discutiendo”. Para ella, el enfoque se ha desviado por lo que causa más morbo: las restricciones a los influencers y cuentas anónimas.