La icónica marca francesa de agua mineral Perrier enfrenta un escándalo que podría cambiar su imagen mundial. Una investigación de Le Monde y Radio France reveló que, debido a la sequía prolongada y la contaminación, la empresa habría utilizado durante años sistemas de microfiltración prohibidos por la normativa de la Unión Europea para productos etiquetados como “agua mineral natural”. Estos métodos, como la luz ultravioleta y filtros de carbón, garantizaban la potabilidad, pero alteraban el principio esencial de que el agua embotellada debía llegar al consumidor tal como brota de su fuente subterránea.
El caso, que también salpica a marcas como Evian y Vichy, expuso posibles encubrimientos por parte de directivos de Nestlé —propietaria de Perrier— y autoridades francesas, quienes, según el Senado, optaron por “disimular” los hallazgos para proteger a una industria considerada estratégica. El propio director ejecutivo de Nestlé, Laurent Freixe, admitió que se emplearon métodos ilícitos y que informes oficiales cuestionaron la clasificación de “agua mineral natural” de los pozos históricos en el sur de Francia, una zona ahora golpeada por sequías recurrentes, inundaciones y creciente riesgo de contaminación en sus acuíferos.
Advertencias
El impacto del cambio climático se perfila como una amenaza directa al modelo de negocio de la industria del agua embotellada. Expertos advierten que lo ocurrido en la planta de Perrier podría repetirse en otros productores, ya que la sobreexplotación y las alteraciones climáticas están afectando incluso a los acuíferos más profundos, antes considerados intocables.
Mientras se espera una decisión judicial a finales de año, Perrier ha reducido el nivel de microfiltración y mantiene la certificación de “agua mineral natural” en solo dos de sus cinco pozos. Sin embargo, el daño a la percepción pública ya está hecho: la pureza de una de las aguas más famosas del mundo está bajo la lupa, y el veredicto final podría marcar un antes y un después para toda la industria.