La reciente controversia surgida tras los comentarios del humorista Tony Hinchcliffe, quien calificó a Puerto Rico como “una isla de basura flotante” en un mitin de Donald Trump, ha puesto al expresidente en una posición defensiva. Para intentar apagar el fuego, Trump aseguró que “nadie quiere a la comunidad puertorriqueña más que yo”, evitando disculparse por las palabras del comediante.
“Pusieron a un humorista, algo que todo el mundo hace. Sacas a comediantes, no los vetas, no es culpa de nadie, pero alguien dijo algunas cosas malas. Ahora lo que han hecho es tomar a alguien que no tiene nada que ver con el partido ni con nosotros, que dijo algo, y tratan de hacer un gran escándalo”, argumentó.
En respuesta a los comentarios de Biden, que dijo que la “única basura” que veía eran los partidarios de Trump, los republicanos han denunciado lo que consideran un insulto a la comunidad. Biden, al aclarar sus palabras, explicó que se refería a la retórica divisiva del expresidente y sus seguidores, lo que intensificó el intercambio verbal entre ambos partidos.
Trump, durante un mitin en Pensilvania, se mostró optimista sobre el apoyo que recibe de la comunidad latina, afirmando que ha hecho más por Puerto Rico que cualquier otro presidente. Recordó su ayuda durante el huracán María, aunque su gestión en ese periodo ha sido objeto de críticas.
La tensión entre ambos partidos es palpable, especialmente con la creciente población puertorriqueña en Estados Unidos, que puede influir en las próximas elecciones. Con ambos líderes buscando consolidar su apoyo, la controversia parece destinada a seguir en el centro del debate político.
Tomado de El País
