¿Qué sucede cuando un jugador deja de enfocarse en su deporte y, de manera constante, se convierte en una voz social que llega a incomodar? Aquí está la respuesta: te vuelves el villano en una historia que puede ser mal contada e ignorada.
No son pocas las ocasiones en que Vinicius Jr. ha hecho más titulares por sus denuncias de racismo en España que por sus goles con el Real Madrid, y esta semana ha vuelto a suceder. En una entrevista con CNN, compartida en el programa «El Chiringuito de Jugones», el jugador brasileño declaró: “Si antes de 2030 no evoluciona la situación con el racismo en España, habría que cambiar el Mundial de lugar”.
Esto ha generado un malestar general, ya que en otros escenarios, el número 7 del Real Madrid ha hecho muy pocos comentarios sobre problemas más serios fuera del campo, como su silencio durante el Mundial de 2022 en Qatar, donde la homosexualidad es motivo de cárcel. Tampoco ha dicho nada sobre el Mundial de 2026 en Estados Unidos, uno de los países con más problemas de racismo en el mundo, o sobre el Mundial de 2034 en Arabia Saudí, donde, al igual que en Qatar, se violan los derechos humanos.
Es incómodo ver a Vinicius criticar tan duramente al país que le abrió las puertas y, aún peor, siendo una estrella del equipo de la capital española.
El autor de esta nota no cuestiona el derecho de cada persona a luchar por lo que cree, pero también entiende que se debe ser coherente con los contextos.
