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MLB congela al dominicano Luis Ortiz por sospechas de apuestas: ¿Puede un solo pitcheo arruinar una carrera? 

Bajo lupa por apuestas sospechosas, la liga extiende su licencia pagada no disciplinaria mientras investiga posibles irregularidades en dos lanzamientos del dominicano. 

Luis Ortiz, lanzador de los Cleveland Guardians, atraviesa el momento más delicado de su carrera. Mientras su equipo lucha por mantenerse con vida en la carrera por el comodín de la Liga Americana, Major League Baseball ha decidido extender hasta el 31 de agosto su licencia pagada no disciplinaria, en medio de una investigación por presunta actividad de apuestas relacionada con dos de sus lanzamientos este año. 

La noticia fue confirmada por el periodista Jeff Passan de ESPN y ha encendido las alarmas en todo el entorno de las Grandes Ligas. Ortiz no lanza desde el pasado 27 de junio, cuando fue castigado con cuatro carreras limpias por los St. Louis Cardinals en una derrota 5-0. Curiosamente, uno de los dos lanzamientos bajo investigación corresponde precisamente a ese partido; el otro ocurrió el 15 de junio frente a los Seattle Mariners. 

Un caso espinoso para la MLB 

La liga no ha revelado públicamente más detalles sobre la naturaleza exacta de las sospechas, pero se sabe que está analizando actividad inusual de apuestas en torno a esos dos pitcheos. Aunque Ortiz no ha sido acusado formalmente de ninguna falta, el hecho de que se mantenga alejado del terreno por decisión de MLB evidencia la gravedad del caso. 

Este tipo de investigaciones siempre colocan a los jugadores en una situación incómoda, incluso si terminan siendo exonerados. El simple hecho de estar bajo la lupa por temas vinculados a apuestas, en un deporte que aún carga con el fantasma del caso Pete Rose y otros escándalos históricos, genera una sombra difícil de borrar. 

¿Y los Guardianes? 

El equipo de Cleveland, que adquirió a Ortiz el 10 de diciembre, se encuentra actualmente con récord de 46-49, a 4.5 juegos del último puesto del comodín en la Liga Americana, ocupado precisamente por los Mariners. Con una rotación que ha tenido altos y bajos, la ausencia de Ortiz –a pesar de su marca negativa de 4-9 y una efectividad de 4.36– se siente en momentos donde cada victoria cuenta. 

En 88 2/3 entradas, el dominicano ha recetado 96 ponches, mostrando destellos de su potencial, pero también inconsistencias. Sin embargo, en este punto, la preocupación va más allá de lo deportivo: el equipo no solo pierde a un brazo de su rotación, sino que lidia con una nube mediática que puede afectar la moral y el enfoque colectivo. 

Apuestas y béisbol: un matrimonio cada vez más tenso 

Este caso vuelve a poner en el centro del debate la creciente relación entre el deporte profesional y la industria de las apuestas deportivas. Aunque la MLB, como muchas otras

ligas, ha abrazado este negocio millonario mediante patrocinios y alianzas estratégicas, también se enfrenta a los riesgos que esto conlleva: manipulación de resultados, conflictos de interés y, como en este caso, la posible vinculación de jugadores con irregularidades. 

La línea entre el entretenimiento y el escándalo es cada vez más delgada, y la MLB se juega su credibilidad en la forma en que maneje este caso. Mientras tanto, Luis Ortiz deberá esperar desde la distancia, con su futuro inmediato en suspenso y su nombre en medio de una tormenta mediática que recién comienza. 

¿Qué sigue? 

Hasta ahora, no hay indicios claros de cuándo podría resolverse la investigación ni si se abrirá un proceso disciplinario formal. Si se determina que hubo alguna acción indebida relacionada con apuestas, el castigo podría ser severo, incluso con implicaciones de por vida. 

El caso de Ortiz será clave para marcar un precedente. La MLB, bajo el mandato del comisionado Rob Manfred, deberá mostrar firmeza y transparencia si quiere sostener la confianza del público en una era donde las apuestas legales son parte del espectáculo, pero el riesgo de corrupción siempre acecha desde las sombras. 

¿Está el béisbol preparado para los desafíos éticos de la era del juego digital? El caso Ortiz podría ser solo la punta del iceberg.