En Monza, bajo un cielo despejado y con más de 369,000 aficionados en las gradas, Max Verstappen firmó una actuación memorable: se quedó con el Gran Premio de Italia 2025 desde la pole, registró la victoria más rápida en la historia de la F1 (1h 13m 24.325s, promedio de 250.706 km/h), y recuperó la forma tras una sequía prolongada de ocho carreras sin ganar.
El neerlandés, en su Red Bull, fue una aplanadora. Tras un inicio incierto—cuando Lando Norris llegó a liderar brevemente—recuperó el liderazgo en la vuelta 4 y se fue alejando gracias a un ritmo imparable. Al final, cruzó la meta con más de 19 segundos de ventaja sobre el segundo lugar (Norris) y 21 segundos sobre el tercero (Piastri).
La jornada trajo una polémica que centró muchas miradas. En McLaren, Oscar Piastri cedió el segundo puesto a su compañero Lando Norris tras una mala parada en pits. Aunque Piastri expresó sus dudas inicialmente, terminó acatando la decisión por la política interna del equipo. Verstappen lo comentó con ironía por radio: “¡¿Solo porque tuvo una parada lenta?!”
El resultado también afectó la pelea por el campeonato: Piastri mantiene el liderato con 324 puntos, seguido por Norris (293) y Verstappen (230), con ocho carreras aún por disputar. McLaren sigue firme en la cima de los constructores, con 337 puntos por encima de Ferrari.
Verstappen, visiblemente satisfecho, dijo tras la carrera que este desempeño representa “otro paso adelante” de Red Bull hacia su nivel dominante habitual. 
Por si fuera poco, el fin de semana incluyó más logros: pole position más rápida en clasificación y vuelta rápida de carrera en la historia—ambos récords destronados por Verstappen y Norris—subrayando la velocidad pura registrada en Monza este año.
Monza vivió una jornada antológica: récords rotos, polémicas estratégicas, y un campeón que reafirma su dominio en la pista.