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Haliburton debe encenderse desde el salto: la urgencia ofensiva de Indiana si quiere competir en las Finales 

Los Pacers fueron aplastados en el Juego 2 ante unos Thunder dominantes. Con la serie igualada, el papel de Tyrese Haliburton desde el primer cuarto será decisivo si Indiana quiere pelear por el anillo. 

Por qué Haliburton no puede seguir arrancando tarde 

En unas Finales donde cada posesión cuenta, los Indiana Pacers ya aprendieron por las malas que no hay margen para reacciones tardías. Tras el heroico triunfo en el Juego 1 gracias al tiro clutch de Tyrese Haliburton, Indiana se desplomó en el segundo partido ante un Oklahoma City Thunder que ajustó y dominó de principio a fin. Y si hay una lección clara de ese segundo enfrentamiento, es esta: si Haliburton no aparece desde el salto inicial, los Pacers no tienen chance real. 

Haliburton lo admitió sin excusas: “He tenido dos muy malas primeras mitades. Tengo que encontrar la manera de ser mejor al inicio del juego”. Y tiene razón. El base estrella de Indiana ha sido una sombra en los primeros cuartos, con apenas 5 puntos combinados entre los dos primeros períodos de los dos partidos. Aunque terminó el Juego 2 con 17 unidades (12 en el último cuarto), sus puntos llegaron cuando el resultado ya estaba prácticamente sellado. 

Los Pacers no pueden darse ese lujo. No contra un equipo como Oklahoma, que defiende con disciplina, rebotea con ferocidad y castiga cada error con precisión quirúrgica. 

Thunder impone condiciones y desenmascara las fallas de Indiana 

Oklahoma no solo ganó 123-107. Hizo ver a los Pacers como un equipo menor durante largos tramos. Chet Holmgren e Isaiah Hartenstein dominaron los tableros. Shai Gilgeous-Alexander fue imparable con 34 puntos. Y desde la banca, Aaron Wiggins y Alex Caruso aportaron más puntos que Haliburton y Pascal Siakam juntos. 

La defensa de Indiana lució frágil. Su ofensiva, predecible y lenta. Se evidenció una dependencia excesiva del 1 contra 1 de Haliburton y Siakam, abandonando el juego colectivo que los llevó hasta esta instancia. El movimiento de balón brilló por su ausencia, y los tiros abiertos fueron escasos. 

Los ajustes urgentes para el Juego 3: todo empieza con Haliburton 

Para revertir esta tendencia, Rick Carlisle y su cuerpo técnico deben hacer varios ajustes. Pero el más urgente es liberar a Haliburton desde temprano. Más pick-and-rolls, más ritmo en transición, más agresividad desde el salto. El base no puede esperar al tercer cuarto para entrar en ritmo. Tiene que marcar territorio en el primer parcial.

Además, Indiana necesita recuperar su identidad ofensiva. El equipo que sorprendió en los playoffs lo hizo con juego rápido, pases constantes y triples abiertos. En el Juego 2, todo eso desapareció. El resultado: menos asistencias, más pérdidas y una ofensiva trabada. 

La banca también debe despertar. Obi Toppin, que fue clave en el primer juego con 17 puntos, se apagó por completo con solo tres en el segundo. TJ McConnell fue de lo poco rescatable. Pero se necesitan más soluciones si quieren mantenerse competitivos. 

La defensa debe recuperar agresividad y contener a Shai 

Shai Gilgeous-Alexander está jugando a un nivel MVP. En dos partidos, suma 72 puntos combinados. Ni Nembhard ni Nesmith han podido frenarlo. Indiana debe probar con dobles marcas, defensas zonales e incluso arriesgar con Siakam sobre él en momentos clave. Porque si SGA sigue bailando libre, las Finales se inclinarán muy rápido del lado de los Thunder. 

El interior también necesita presencia. Myles Turner fue superado por Holmgren, y su rol como ancla defensiva será clave si los Pacers quieren frenar las segundas oportunidades de OKC. 

Haliburton es el termómetro de Indiana 

Este equipo va al ritmo de su líder. Si Haliburton está pasivo, el resto flaquea. Si él impone ritmo, rompe defensas y anota desde temprano, todo se abre. Indiana no tiene margen de error: necesita a su estrella activa desde la primera posesión. Las Finales están vivas, pero solo si Tyrese Haliburton despierta a tiempo. 

El Juego 3 marcará un antes y un después. La serie viaja a Indianápolis por primera vez en 25 años y los Pacers deben responder con su mejor versión. Porque el sueño del campeonato pasa, inevitablemente, por la chispa inicial de su número 0.