Tras un inicio complicado en 2025, el as dominicano empieza a recuperar el control y confianza en el montículo.
Sandy Alcántara, el lanzador dominicano que en 2022 se alzó con el prestigioso premio Cy Young de la Liga Nacional, ha vivido una montaña rusa en los últimos dos años. Luego de una lesión en el codo que lo obligó a someterse a la cirugía Tommy John en octubre de 2023, el as de los Marlins regresó al terreno este 2025 con expectativas altas, pero los resultados iniciales fueron decepcionantes. Ahora, a mitad de temporada, la gran pregunta es: ¿está Sandy finalmente volviendo a su nivel?
Un arranque de pesadilla
El regreso de Alcántara a la rotación de Miami no fue el esperado. En abril terminó con una altísima efectividad (ERA) de 8.31, lo que significa que, en promedio, permitía más de ocho carreras limpias por cada nueve entradas lanzadas. Para un lanzador de su calibre, eso era alarmante. Muchos comenzaron a especular sobre un posible cambio de equipo,
especialmente considerando el historial de los Marlins como una franquicia que suele cambiar sus mejores piezas por prospectos jóvenes.
Pero, ¿qué estaba fallando exactamente?
Aunque su velocidad seguía intacta, una buena señal tras su operación, su comando no era el mismo. No se trataba de que lanzara menos strikes, sino de que sus lanzamientos no llegaban donde debían. En lugar de atacar la zona con precisión, fallaba la colocación, y eso lo hacía más vulnerable.
Una recuperación lenta pero firme
Con el pasar de las semanas, los números comenzaron a mejorar. Indicadores avanzados como el botCmd (una medida computarizada del comando de sus lanzamientos) y el Location+ (una evaluación de la calidad de colocación de sus pitcheos) han ido en ascenso constante. En sus primeras salidas, su botCmd estaba en 47 (muy bajo), pero ya en sus últimas aperturas ha subido a 63. En otras palabras, está recuperando la puntería que lo hizo tan dominante en 2022.
Además, sus estadísticas de control han mejorado. En abril y mayo regaló más boletos de lo habitual, pero eso ha disminuido con el tiempo. Su tasa de first-strikes (primeros strikes del turno) y su capacidad de hacer que los bateadores persigan lanzamientos fuera de la zona también han mejorado.
Un dato revelador es que, según las estadísticas estimadas (zBB), Alcántara debería haber otorgado solo 24 bases por bolas este año, pero ha dado 35. La diferencia se concentra en los meses de abril y mayo, lo que refuerza la idea de que simplemente necesitaba tiempo para reencontrarse tras la cirugía.
Menos miedo, más confianza
Otro factor clave ha sido el cambio en su mentalidad. En los primeros juegos de la temporada, Alcántara parecía lanzar con miedo, apostando por su recta en conteos desfavorables (cuando iba detrás del bateador). Pero esa recta, lanzada sin convicción y en zonas cómodas, fue muy castigada: los bateadores le conectaron para un slugging de .864, una cifra altísima.
Desde junio, este patrón cambió. Dejó de depender tanto de su recta cuando iba detrás en la cuenta y empezó a usar más su slider, un pitcheo con mayor movimiento que le permite controlar mejor a los bateadores. El cambio no parece casual: todo apunta a que está recuperando la confianza en su repertorio.
¿Es un buen candidato para un cambio?
Aunque aún no ha vuelto por completo al nivel que lo llevó al Cy Young, Alcántara ha mostrado suficientes señales de recuperación como para llamar la atención de varios equipos. A esto se suma un punto muy atractivo: su contrato es bastante asequible. Gana US$17.3 millones por año hasta 2027 (con opción), lo que lo convierte en una ganga en comparación con otros abridores élite.
Para equipos que buscan competir en 2025 y 2026, Alcántara representa una opción muy valiosa: no es un simple “alquiler” de medio año como muchos otros pitchers en el mercado.
¿Qué proyectan las computadoras?
Según el sistema ZiPS, uno de los más confiables para hacer proyecciones estadísticas, Sandy terminaría la segunda mitad del 2025 con una efectividad de 3.86, lo cual sería un gran paso adelante. Para 2026, se proyecta una efectividad de 3.92 y una carga de 154 entradas, lo que indica que podría ser un abridor confiable de nuevo.
¿Qué significa esto para República Dominicana?
Sandy Alcántara es uno de los lanzadores dominicanos más talentosos de su generación. Su regreso a la élite no solo es motivo de orgullo nacional, sino que también es un ejemplo de resiliencia para los jóvenes peloteros. Volver de una cirugía de codo no es fácil, pero Sandy está demostrando que con paciencia, trabajo duro y confianza, es posible retomar el camino.
Si termina siendo cambiado a un equipo contendiente, podríamos verlo nuevamente brillando en postemporada, algo que sería muy especial tanto para él como para el pueblo dominicano que lo sigue con admiración.
Aunque el camino ha sido accidentado, Alcántara está encontrando su ritmo nuevamente. Tal vez no sea aún el mismo que dominó en 2022, pero lo cierto es que va en esa dirección. Y para cualquier equipo que necesite un lanzador de calidad (y para cualquier fanático quisqueyano que quiera verlo triunfar), eso ya es una excelente noticia.