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Erin se convierte en huracán categoría 4 y amenaza con lluvias e inundaciones en el Caribe

El poder del Atlántico volvió a hacerse sentir. El huracán Erin alcanzó la categoría 4 este sábado, con vientos sostenidos de 215 km/h, según informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés). Aunque por el momento no se espera que toque tierra Dominicana, sus efectos ya impactan varias islas del Caribe.

¿Dónde está y hacia dónde va?

La tormenta se ubica a 240 kilómetros al noreste de Anguila, avanzando con rumbo oeste-noroeste a 31 km/h. Los modelos meteorológicos indican que en los próximos días hará un giro brusco hacia el noreste, alejándose del territorio continental estadounidense, pero con una trayectoria más cercana a Bermudas, que podría experimentar el lado más fuerte del ciclón.

Islas bajo alerta

El NHC emitió alertas de tormenta tropical para San Martín, San Bartolomé y Sint Maarten, donde se esperan lluvias de entre 10 y 15 centímetros. Estas precipitaciones podrían provocar inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y de lodo, advirtieron los meteorólogos.

En Puerto Rico, el gobierno activó planes de contingencia: más de 200 empleados de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) están desplegados, 367 refugios han sido inspeccionados y la Guardia Costera cerró ocho puertos marítimos en la isla y en las Islas Vírgenes estadounidenses.

Un Atlántico más cálido, una temporada más intensa

Especialistas entienden que el huracán Erin se ha intensificado gracias a las altas temperaturas del océano Atlántico, que este año se encuentran varios grados por encima de la media histórica.

El pronóstico para la temporada de huracanes 2024–2025 es inquietante: se esperan entre seis y diez huracanes, de los cuales tres a cinco podrían ser de categoría mayor, con vientos superiores a 177 km/h.

La historia de Erin apenas comienza. Su fuerza lo convierte en el huracán más poderoso de la temporada hasta el momento y en un recordatorio de que el Caribe vive meses de alerta permanente. Frente a la fuerza impredecible del Atlántico, la prevención y la preparación siguen siendo la primera línea de defensa.