La primera dama de la República, Raquel Arbaje, aseguró este martes que el adolescente de 15 años que fue trasladado a la ciudad de Boston para continuar su tratamiento médico luego de que el pasado 10 de marzo sufriera quemaduras junto a 17 personas más durante la celebración del carnaval de Salcedo, ha reaccionado satisfactoriamente.
«El niño está muy bien. Comió antes de ayer mangú», afirmó la presidenta del Gabinete de Niñez y Adolescencia.
Recordó que de todos los pacientes que fueron ingresados, el jovencito fue de los que menos quemaduras sufrió, «un 50 %, y es mucho».
Este joven es el único de las 11 personas que recibieron atencion en la Unidad de Cuidados Intensivos que ha sobrevivido a lo que la primera dama definió como «una de las peores tragedias, el dolor más grande».
Arbaje comentó que se mantiene en contacto con los padres del miembro de la comparsa Los Toros, quienes le garantizaron que «va en franca mejoría».
«Su tratamiento aquí, en el Robert Reid, fue muy bueno le dijeron los médicos al cónsul Enrique García, en Boston», agregó.
Prohibir uso de fuego en carnavales
La primera dama se mostró a favor de la prohibición de todo tipo de objeto inflamable durante las celebraciones de carnaval.
«El uso de fuego, ni fuegos artificiales, debe estar prohibido en carnavales, cualquiera puede prender una antorcha», declaró.
Muerte niña de 9 años
Sobre la muerte de la niña Kylie Naomi Rosa Alcántara, de 9 años, quien recibió un disparo la noche del viernes mientras viajaba en el vehículo de su madre por la avenida Máximo Gómez, Arbaje dijo que es una situación en la que ningún padre quiere verse y se ofreció a costear la atención psicológica si la familia así lo desea.
«Yo estoy a la orden si la madre necesita atención psicológica, porque nadie se quiere ver en ese lugar. Ya agarraron a los delincuentes, esa investigación le corresponde a la Policía darla», destacó.
La primera dama se pronunció a la salida del acto de lanzamiento de la Jornada Nacional contra el Dengue en el Multiuso Víctor Burgos, en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte.