Aunque pueda parecer contradictorio, quedarse mirando al infinito sin hacer nada podría ser uno de los mejores enfoques para mejorar tu productividad y creatividad. A pesar de que tradicionalmente se asocia la productividad con el trabajo constante y el esfuerzo, investigaciones científicas recientes revelan que dar un descanso a la mente y dejarla «soñar despierta» puede potenciar tu rendimiento en diversas áreas.
Este estado mental, conocido como Estado de vigilia tranquila o «soñar despierto», permite que el cerebro procese pensamientos complejos mientras está relajado, sin necesidad de estar activamente centrado en una tarea específica. En lugar de estar enfocado en el entorno o en la pantalla de tu teléfono, la mente comienza a trabajar de manera subconsciente, explorando ideas abstractas y generando nuevas conexiones. Se trata de un «descanso consciente», donde las ideas creativas pueden aflorar.
Beneficios para la creatividad y la memoria
Estudios respaldan que este tipo de relajación mental activa partes del cerebro vinculadas al aprendizaje y la memoria. La neurociencia ha demostrado que no solo mejora la creatividad, sino que también ayuda a consolidar conocimientos, favoreciendo la asimilación de nuevos datos. De hecho, investigaciones publicadas en Nature han mostrado que este estado de «no hacer nada» activa el hipocampo, área del cerebro relacionada con la memoria y el aprendizaje.
Actividades sencillas para lograrlo
Aunque algunas personas tienen una facilidad natural para alcanzar este estado mental, otros logran llegar a él realizando actividades sencillas y repetitivas, como fregar los platos, limpiar la casa o cocinar. Incluso personalidades como Bill Gates han compartido en entrevistas que actividades tan simples como lavar los platos les permiten entrar en ese estado de relajación mental. La ciencia confirma que este tipo de momentos pueden ser clave para que el cerebro se resetee y encuentre soluciones innovadoras.
El poder de la mente en reposo
En este estado, las ideas fluyen libremente. Un estudio reciente descubrió que las personas que permiten que su mente divague antes de resolver problemas suelen hacerlo de manera más creativa y eficaz. Durante este proceso, el cerebro trabaja como un «cajón de arena cognitivo», experimentando con ideas y explorando nuevas posibilidades de forma subconsciente. Este fenómeno es similar al proceso creativo que ocurre durante las primeras fases del sueño, con la ventaja de que las ideas se recuerdan al despertar, algo que no siempre sucede con los sueños.