España.– La tasa de mortalidad de los trastornos alimentarios de la conducta se sitúa en torno al 6 por ciento, y se debe sobre todo a su implicación en la salud mental, con una elevada tasa de suicidios, y a las complicaciones de salud, que generan altas tasas de morbimortalidad. «Entre los 10 y los 20 años no hay otro trastorno mental con una tasa tan elevada».
Así se ha puesto de manifiesto en el Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) y el Congreso Mundial de la World Association of Dual Disorders (WADD), celebrados el pasado fin de semana en Mallorca, que reunió a más de 2.000 expertos internacionales vinculados al ámbito de la salud mental.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) afectan alrededor de entre el 1 % y el 3 % de la población, con picos en determinadas etapas del desarrollo evolutivo como la adolescencia, cuando según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia afectan a entre el 4,1 % y el 6,4 % de las mujeres entre los 12 y los 21 años (0,3 por ciento de los hombres).
«Se trata de trastornos multicausales, en los que intervienen distintos factores (ambientales, biológicos, sociales, etc.). No es casual que suelan aparecer sobre todo en la adolescencia , alrededor de los 13-18 años, una etapa en la que surgen una serie de conflictos y complejidades que generan problemáticas en las personas», destacó el catedrático de la Universitat de Barcelona Fernando Fernández Aranda, director de la Unidad de TCA del Hospital de Bellvitge y miembro de la SEPD.
«La mayoría afronta esta etapa de tránsito y sus conflictos con normalidad, pero las personas con vulnerabilidad tienen un mayor riesgo de desarrollar un TCA», añadió Fernández Aranda.
Trastornos de conducta alimentaria: sin importancia histórica
Este psicólogo clínico lamentó que a los TCA no se les haya dado históricamente la importancia que tienen.
El porcentaje de pacientes con trastornos alimentarios que tienen otro trastorno de salud mental, según Fernández Aranda, varia en función del momento en el que se atiende a las personas afectadas.
En una etapa temprana, la comorbilidad con otro tipo de trastornos mentales suele ser más baja; pero a lo largo de los años, la comorbilidad del TCA con trastornos afectivos o de personalidad (sobre todo ansiedad y depresión) se sitúa entre el 20 y el 80 %, y se estima que hasta uno de cada cuatro pacientes con TCA presenta también algún trastorno por abuso de sustancias, fundamentalmente tabaco, alcohol, cafeína y cannabis, se expuso en estos Congresos.
«Es necesaria la perspectiva de patología dual y un abordaje integral y complementario porque vemos que los casos de pacientes que presentan TCA junto con abusos de sustancias son aquellos con mayor severidad y psicopatología, rasgos de personalidad más disfuncionales, más afectados a nivel cognitivo y son también los que presentan peor resultado al tratamiento», concluye Fernández Aranda, de la Sociedad Española de Patología Dual.