Cuando pensamos en dopamina, probablemente la asociamos con el placer y la recompensa. Sin embargo, este importante neurotransmisor es mucho más que eso: también actúa como hormona y desempeña múltiples funciones esenciales en nuestro cuerpo.
La dopamina se sintetiza en nuestro organismo a partir de un aminoácido llamado tirosina, el cual pasa por varios procesos químicos hasta convertirse en esta molécula clave. Además, de la tirosina también se derivan otros neurotransmisores como la norepinefrina y la epinefrina, que cumplen funciones específicas en nuestro sistema nervioso.
Como parte del sistema de recompensas del cerebro, la dopamina está relacionada con la motivación, el aprendizaje y la sensación de bienestar. Sin embargo, sus funciones no se limitan a hacernos “sentir bien”. También regula el movimiento, la memoria, la atención, el estado de ánimo, el sueño y hasta la lactancia, según explica la Cleveland Clinic.
Cuando la dopamina actúa como hormona y se libera en el torrente sanguíneo, juega un papel distinto, pero no menos relevante, en nuestro equilibrio interno. Este doble rol la convierte en una molécula esencial tanto para el cerebro como para otras funciones corporales.
La dopamina forma parte de las llamadas “hormonas de la felicidad”, junto con la serotonina, la oxitocina y las endorfinas. Sin embargo, entender su complejidad nos permite apreciar mejor cómo funciona este increíble mensajero químico que gobierna muchos aspectos de nuestra vida diaria.
Fuente: Xataka
