En el siempre dinámico escenario político dominicano, una pregunta resuena con fuerza: ¿Por qué el senador Omar Fernández, a sus pocos meses de haber asumido su curul, parece estar superando en las encuestas de simpatía a su experimentado padre, el expresidente Leonel Fernández, cuando se habla de la carrera presidencial para 2028? Aunque ambos han dejado claro que la discusión no está abierta por ahora, los sondeos ya dibujan un panorama intrigante.
La figura de Omar Fernández ha descollado en política como una de las más valoradas por la población, y hay varios factores que podrían explicar esta creciente popularidad que, según algunas mediciones, lo coloca por encima de quien ha sido tres veces presidente de la República.
Un estilo político «diferente» y enfocado en la gestión
Omar Fernández se ha cultivado una imagen de político que encarna una «manera diferente de hacer política». A diferencia del debate constante sobre candidaturas que a menudo domina la escena, el senador ha insistido públicamente en su enfoque en el trabajo legislativo. Sus declaraciones, como la de estar «concentrado en prioridades que requieren toda su atención» y en «generar soluciones concretas a los problemas con que se levantan los dominicanos cada día», resuenan con un electorado que anhela resultados y menos discursos electorales prematuros.
Ha destacado su compromiso con «desarrollar legislaciones que mejoren las condiciones de vida de mis compatriotas, como ya hemos venido haciendo al presentar más de 20 iniciativas legislativas en estos nuevos meses en la curul». Este enfoque pragmático y de gestión contrasta con la imagen de político tradicional y podría estar atrayendo a votantes cansados de la confrontación partidista.
La fuerza de los valores familiares como escudo y estrategia
Frente a la presión de los sondeos, Omar ha sido contundente: “Para mí por encima de cualquier encuesta, están los valores familiares y lo de mi padre va por encima de cualquier cosa que se me pase por la cabeza.» Esta postura, que enarbola el respeto filial y la lealtad partidaria, no solo lo blinda de acusaciones de ambición, sino que también genera una conexión emocional con un segmento de la población que valora estos principios.
Su afirmación de que «será un sueño cumplido ver a mi padre Leonel Fernández candidato presidencial de Fuerza del Pueblo» refuerza su lealtad al proyecto familiar y partidario, presentando una imagen de unidad que los electores a menudo aprecian.
El factor «frescura» y el llamado a la calma de Leonel
Mientras Leonel Fernández ha reiterado que la discusión sobre la candidatura 2028 es «cerrada» y «sin sentido» por los plazos legales, la insistencia en esta calma podría, paradójicamente, beneficiar la percepción de Omar.
La juventud y la relativa novedad de Omar en las grandes ligas de la política, combinadas con su enfoque en el trabajo y la familia, lo posicionan como una figura de renovación frente a la experiencia consolidada, pero más longeva, de su padre.
En un panorama político donde la ciudadanía busca rostros nuevos y discursos menos desgastados, la aparente «distancia» de Omar de la carrera presidencial activa, al tiempo que logra resultados legislativos y mantiene una imagen de lealtad, podría ser precisamente lo que lo impulsa en la preferencia de los votantes, generando una expectativa natural sobre su futuro político.