InicioOpinionesUn diciembre que nos reúne

Un diciembre que nos reúne

Cada diciembre el país revive una escena que nunca pierde fuerza, el regreso masivo de nuestros dominicanos ausentes. Los aeropuertos —con el AILA como epicentro— vuelven a convertirse en un punto de encuentro donde la emoción supera al protocolo. Llegadas repletas, maletas cargadas y un ambiente festivo que confirma, una vez más, que la diáspora mantiene un cordón umbilical firme con su tierra.

El flujo de viajeros coincide con la aplicación de la Gracia Navideña, una política que este año elevó su tope a US$5,500, lo cual permite que miles de criollos entren al país sin la preocupación de impuestos excesivos sobre los regalos traídos para la familia. La medida, vigente del 1 de diciembre de 2025 al 15 de enero de 2026, se mantiene bajo reglas claras, seis meses o más sin visitar el país y una unidad por tipo de artículo por familia.

Esta medida reconoce la importancia económica, emocional y cultural de la diáspora en estas fechas. Lo que ocurre en los aeropuertos no es solo un flujo migratorio. Es un espejo del país que somos, uno que recibe, que celebra y que entiende el valor de sus ciudadanos sin importar dónde vivan. Cada abrazo en la terminal, cada niño que reconoce a su madre o padre después de meses, cada familia que se organiza para grabar la llegada, reafirma nuestra identidad colectiva.

Diciembre vuelve a recordarnos que el país no se divide entre los que están dentro y los que están fuera; se une en la emoción compartida del reencuentro. Que esa imagen —aeropuertos llenos, abrazos demorados y familias completas otra vez— siga guiando nuestras decisiones públicas y nuestra visión de futuro. Porque, al final, un país también se mide por la manera en que recibe a los suyos.