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¿Por qué los 90 y 2000 nos tienen de vuelta? La nostalgia que no pasa de moda

Aunque muchos de nosotros sintamos que los 90s fueron ayer, la realidad es que ya han pasado más de 20 años desde entonces. De hecho, nuevas generaciones como la Generación Alfa (nacidos entre 2010 y 2025) ya están aquí, ¡y aún así, la nostalgia por los 90 y los 2000 es imparable! Si últimamente sientes que vives en un throwback constante, no es casualidad. La nostalgia se ha convertido en una estrategia imbatible para la industria del entretenimiento, y estas décadas simplemente se niegan a morir. ¿Pero por qué este amor por el pasado sigue tan fuerte en el presente?

Desde la música que escuchamos hasta la moda que vemos en las tiendas, pasando por las series y películas, la influencia de estas dos décadas es innegable. Bandas que marcaron nuestra adolescencia, como Kudai en Latinoamérica o Evanescence en América, regresan con giras mundiales.

Incluso el dembow, con su forma de baile característica como la de «Los Pepe» por allá por inicios del 2000, hoy por hoy resuena en los dominicanos; pasará el tiempo, pero no pasará de nuestra cultura.

Incluso, los outfits que juramos nunca volver a usar están de vuelta con fuerza, y los remakes o secuelas de clásicos del cine y la televisión no paran de anunciarse.

Esta tendencia va más allá de un simple capricho pasajero. En el mundo de la moda, por ejemplo, existe una teoría ampliamente reconocida: el «ciclo de la moda de 20 años». Esta sugiere que las tendencias tienden a resurgir aproximadamente cada dos décadas, un tiempo suficiente para que una generación las redescubra y otra las experimente como algo «nuevo» y fresco. 

Es una conexión emocional poderosa que evoca recuerdos y una época que, para muchos, fue más sencilla o feliz. Para las nuevas generaciones, es una oportunidad de descubrir íconos y tendencias que sus padres vivieron, creando un puente cultural fascinante.

Para las marcas y los creadores, revivir los 90 y 2000 es una apuesta segura. Es una estrategia «pop» que garantiza la atención, genera conversación y, sobre todo, vende. Al apelar a esos recuerdos y a la comodidad de lo conocido, consiguen captar la atención de un público amplio y leal. La nostalgia se convierte así en una herramienta poderosa para el marketing, evocando emociones que se traducen en engagement y consumo.