Santo Domingo Este.- El presidente Luis Abinader encabezó la graduación de 40 nuevos cadetes de la Fuerza Aérea, una promoción que llega con energía, preparación sólida y mucho orgullo dominicano.
Los egresados completaron cuatro años intensos y se coronaron como licenciados en Ciencias Aeronáuticas, subiendo al rango de segundo teniente. Llegan con la maleta llena de técnica, liderazgo y ganas de servir.
El presidente fue recibido con todos los honores: cañonazos, formación impecable y el toque militar que pone la piel de gallina. El ambiente sonó a disciplina fina y “esto es serio”, pero también a esperanza nueva.
Los discursos resaltaron el esfuerzo de los cadetes, quienes entrenaron como aviadores, técnicos y oficiales de superficie. Además, ganaron los Juegos Deportivos Interacadémicos 2025, prueba de que no solo vuelan, también compiten y ganan.
Tecnología, modernización y un empuje presidencial
El director de la Academia Aérea, coronel piloto Francisco Antonio de los Santos Álvarez, explicó que esta nueva etapa llega con avances grandes: aeronaves AW-169, modernización operativa, una torre de control totalmente actualizada y el ensamblaje local de las TP-75 Dulus, orgullo de la industria militar criolla.
El oficial explicó que estos avances se lograron gracias al respaldo directo del presidente Abinader, quien ha puesto atención constante al desarrollo y bienestar de las Fuerzas Armadas. “Aquí se está trabajando con visión de país”, resumió el mando superior.
Los cadetes también recibieron formación en inteligencia militar, derechos humanos, seguridad aeroportuaria, infantería, comando y protección a dignatarios, reforzando el paquete completo de un oficial moderno.
Honor, compromiso y una ceremonia con sentimiento
El presidente tomó el juramento de honor, entregó los sables de mando y colocó insignias a los nuevos pilotos, técnicos y paracaidistas. Fue un momento de simbolismo fuerte, un antes y un después en la vida de estos jóvenes.
La ceremonia incluyó invocación religiosa, cambio de guardia, bendición de anillos y la entrega de una maqueta que resume la historia de las aeronaves dominicanas en América Latina, un detalle que amarró pasado, presente y futuro.
