El número 13 ha estado envuelto en supersticiones desde hace siglos. En distintas culturas se le ha vinculado con la desgracia, la muerte o el caos. Y si este número coincide con un martes o un viernes, la sospecha de «mala suerte» se intensifica. Pero, ¿de dónde viene esta creencia tan extendida?
Orígenes religiosos y mitológicos
En la Cábala judía, el 13 está asociado a espíritus malignos, y también se relaciona con el carnero que Abraham debía sacrificar, un símbolo de muerte.
En el cristianismo, tres hechos clave refuerzan su mala reputación:
- Trece eran los comensales en la Última Cena.
- Se cree que Jesús fue crucificado un viernes 13.
- El Anticristo aparece en el capítulo 13 del Apocalipsis.
En la mitología vikinga, Loki —dios del engaño— fue el invitado número 13 a un banquete en el Valhalla, lo que desató el caos. Desde entonces, el 13 es visto como portador de desgracia.
¿Y por qué martes?
El martes tiene su origen en Marte, el dios romano de la guerra. Era un día considerado poco propicio para bodas, viajes o negocios importantes, ya que Marte representa violencia y conflicto.
Así nació el famoso dicho popular: “En martes 13, ni te cases ni te embarques”.
El viernes 13 y los templarios
Aunque el martes 13 es más temido en países hispanohablantes, el viernes 13 domina las supersticiones en Europa y América anglosajona.
Se le atribuye mala suerte por dos hechos:
- Jesús fue crucificado un viernes.
- El viernes 13 de octubre de 1307 comenzó la persecución de los templarios por orden del rey de Francia, una fecha que marcó el inicio de la caída de esta poderosa orden.
No es exclusivo del 13
Otras culturas también tienen sus propias fechas de mala suerte. En Italia, el número temido es el 17, sobre todo si cae en viernes. En Asia, el número prohibido es el 4, porque su pronunciación en japonés y chino es similar a la palabra “muerte”.
¿Superstición o coincidencia?
Aunque no hay pruebas científicas que vinculen el martes 13 o el viernes 13 con eventos negativos, las supersticiones siguen vivas y muchas personas prefieren no tentar la suerte en esos días. Al final, la creencia o no en la mala suerte depende más de la cultura… y de cada quien.