Santo Domingo.- En el corazón del lío eterno del kilómetro 9, el Ministerio de Obras Públicas levanta un puente peatonal icónico, diseñado solo para esa entrada caliente que conecta la capital con el Cibao.
Una estructura que impone respeto
El puente se sostiene sobre dos torres de hormigón de 28 metros, una al norte y otra al sur, montadas sobre 15 pilotes a 24 metros de profundidad, con zapatas gruesas que aguantan el peso sin parpadear.
El responsable de la construcción del nuevo viaducto, el ingeniero Bienvenido Hernández, explicó que la torre norte avanza en su encofrado. Esa pieza viene postensada, con cables de acero por dentro, lista para agarrar carga como si nada.
La conexión principal será una pasarela metálica de 52 metros, extendida con un vuelo de 15 metros. Esa línea aérea cruzará directo hacia la estación María Montez, el Teleférico y la marginal sur, abriendo un camino seguro para la gente.
Espacio libre y movilidad sin trabas
Desde una torre hasta la otra hay 70 metros sin una sola columna. Un vacío limpio que permitirá acomodar 16 carriles debajo, más aceras amplias en ambos lados para que el tráfico respire por fin.
La altura del puente queda en 7 metros, suficiente para que ningún camión se estrelle. Hernández aseguró que el diseño se pensó para evitar sustos y dejar el tránsito correr sin estrés.
Iluminación, seguridad y vigilancia
Los escalones tendrán luces tipo “cine”, diseñadas para alumbrar cada pisada por la noche. Toda la zona contará con 26 torres de iluminación y una planta de emergencia instalada cerca de la avenida Luperón.
El área intervenida estará cubierta con cámaras conectadas al 9-1-1, al Ministerio de Obras Públicas y al Ministerio de Defensa, creando un corredor vigilado para quienes crucen por ahí.
La meta es montar la estructura antes de fin de año, aunque no estará en uso de inmediato. Falta vaciar la losa superior, instalar acabados y conectar todos los detalles finales del sistema.
