Líderes religiosos, campesinos y ecologistas realizaron este miércoles una marcha en la autopista Duarte, tramo Sabana del Puerto-Bonao, para rechazar la construcción de la nueva presa de colas de Barrick Pueblo Viejo. Durante la protesta, los manifestantes denunciaron que la actividad minera en República Dominicana solo ha dejado miseria en las comunidades donde se realiza.
La manifestación inició a las 10:00 a. m. y se extendió por casi 10 kilómetros, concluyendo a las 12:20 p. m. con la lectura de un manifiesto a cargo del activista Rafael Jiménez. En el documento, los participantes afirmaron que, en más de 50 años de minería en el país, esta industria ha significado empobrecimiento y devastación ambiental.
Minería y medioambiente: una combinación incompatible
Los manifestantes sostienen que la geografía dominicana no es compatible con la minería, ya que esta actividad arrasa con los bosques, los cuales juegan un papel clave en la generación de agua. Asimismo, advirtieron que la construcción de una nueva presa de colas impactará negativamente los recursos hídricos y la salud de los habitantes de la zona.
El sacerdote católico Ramón “Nino” Ramos denunció que la actual presa de colas de El Llagal ya está colapsada y ha generado contaminación en la tierra, el agua y el aire. «Es mucho el veneno que nos estamos comiendo en el Cibao sin que nos demos cuenta», advirtió.
Por su parte, el padre Fausto García resaltó que la lucha no solo es por los daños en Sánchez Ramírez, sino también por otras provincias como San Juan, Barahona y la Línea Noroeste, que sufren los efectos de la minería.
Presencia policial y desarrollo pacífico
Un fuerte contingente policial acompañó la manifestación para garantizar el orden y la seguridad tanto de los manifestantes como de los conductores que transitaban por la autopista Duarte.
El vocero de la Policía Nacional, coronel Diego Pesqueira, destacó que la jornada transcurrió sin incidentes y resaltó el comportamiento pacífico de los participantes.
(Diario Libre)
