Santo Domingo.– Por años, la Circunvalación de Baní fue una promesa que parecía perderse entre papeles, discursos y esperas interminables. Hoy, esa espera se rompe con asfalto, puentes y kilómetros que no solo acortan distancias, sino que acercan sueños.

Con sus 19.8 kilómetros y 17 puentes —incluido el más imponente sobre el río Baní—, esta obra no es solo una carretera: es un corredor de oportunidades que libera al casco urbano de embotellamientos, conecta al sur con más agilidad y convierte horas de trayecto en minutos de eficiencia. Significa menos combustible, menos estrés, menos tiempo perdido… y más desarrollo.
Durante la inauguración de la vía, el presidente Luis Abinader expresó con claridad que: mientras otros hacen política, él está trabajando. Y que con esta vía, el trabajo habla por sí solo. Porque en cada metro de asfalto se escribe una respuesta directa a décadas de rezago, y un recordatorio de que la infraestructura no es un lujo, sino una herramienta para combatir la desigualdad y encender motores económicos.
Mayor seguridad en carretera

De su lado, el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Eduardo Estrella, destacó que la Circunvalación de Baní constituye un hito para el desarrollo de la región sur, al conectar de manera más eficiente la provincia Peravia con zonas turísticas como Las Salinas y con la ciudad, y reducir en aproximadamente una hora el tiempo de viaje entre Santo Domingo y Barahona.
Aseguro además, que esta obra se suma a otros proyectos viales en ejecución, como la carretera Barahona–Enriquillo–Pedernales y la carretera El Cercado–Hondo Valle, ambas estratégicas para integrar las provincias sureñas y reducir los tiempos de desplazamiento a destinos como Bahía de las Águilas, que ahora podrán visitarse en menos de una hora desde distintas localidades de la región.
Hoy el sur no solo se conecta mejor: avanza con paso firme hacia un futuro donde la distancia ya no será una barrera, sino una ventaja.



