Santo Domingo.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señaló hoy que las ejecuciones extrajudiciales se han convertido en una epidemia denominada “intercambio de disparos” en República Dominicana, donde a diario agentes de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía (Dicrim) matan a jóvenes de escasos recursos que presuntamente estarían ligados a la delincuencia.
La comisión afirmó que desde que el mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta fue designado como director policial, el 8 de noviembre, al 11 de marzo, al menos 33 personas han caído baleada por agentes policiales, sin que exista un régimen de consecuencia para los llamados “carniceros”.
En el informe de la CNDH, avalado por datos de la propia Policía, explica que los agentes policiales han ignorado el respeto a la vida y los derechos humanos de la persona como principio universal amparados en la propia Constitución, debido a que las ejecuciones bajo el mando de Guzmán Peralta no dan tregua.
Asegura que la temida de dirección de la muerte conocida como de Investigación Criminal que dirige el general Pedro Ignacio Matos Pérez, desde el inicio de la actual gestión, desató una carnicería contra jóvenes de bajo extracto social, presuntamente ligados a actos delincuenciales.
Lo mataron
Agentes de la Dirección Central de Investigación de la Policía (DICRIM), mataron de al menos cinco balazos un joven que circulaba en una motocicleta por el cruce de La Torre, en Villa Altagracia, provincia San Cristóbal.
Familiares de Bismar Flores, que tras recibir amenazas de los agentes de la Dicrim, no quisieron identificarse, dijeron que al momento del hecho, Flores estaba festejando su cumpleaños número 18.
Los parientes describieron al joven como tranquilo y trabajador, por lo que exigen que el hecho sea esclarecido. “Yo no soy un delincuente, no me maten”, últimas palabras del joven, según dijeron los familiares.
Agregaron que “lo chocaron y luego le dispararon en el pecho a quema ropa”. Asimismo, explicaron que protestaron en la autopista Duarte, donde un menor resultó herido por de miembros de la Policía.
La señora Maira Jiménez, narró que ese muchacho no era de nada y había llegado de trabajar de Santiago, porque cumplía 18 años y quería celebrar.
Mientras Rafael Rosario dijo que los agentes le hicieron más de siete disparos, limpiaron la escena, recogieron los casquillos y evadieron la responsabilidad.