Washington (EFE).– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó limitar las admisiones anuales de refugiados a solo 7,500 personas, el número más bajo desde que el programa fue instaurado en 1980.
Según un documento divulgado por la Casa Blanca, la medida establece que la prioridad para recibir el estatus de refugiado recaerá “principalmente en los sudafricanos blancos”, conocidos como afrikáners, lo que marca un giro sin precedentes en la política migratoria estadounidense.
Una política más restrictiva
Desde su llegada al poder, el pasado 20 de enero, Trump ha restringido de forma drástica la entrada de refugiados mediante órdenes ejecutivas que califican el programa como “perjudicial para los intereses del país”. Esta reducción continúa la línea de endurecimiento migratorio impulsada desde los primeros meses de su administración.
Los afrikáners, la excepción
El documento señala que los afrikáners, descendientes de colonos neerlandeses en Sudáfrica, han sido una de las pocas excepciones a las limitaciones impuestas desde mayo. Esto ocurre después de que Trump afirmara —sin pruebas— que esta población era víctima de un supuesto “genocidio”, declaraciones que provocaron un choque diplomático con el Gobierno sudafricano, especialmente tras la aprobación de una ley de expropiación de tierras en ese país africano.

Críticas y reacciones internacionales
La decisión ha generado rechazo entre organizaciones humanitarias que acusan a la administración estadounidense de abandonar su compromiso histórico con la protección de los refugiados.
“Durante 45 años, el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos (USRAP) ha sido un faro de esperanza y un reflejo del liderazgo y los valores humanitarios del país”, recordó en un comunicado la International Rescue Committee (IRC).
La entidad pidió al Gobierno reconsiderar su decisión y mantener niveles de reasentamiento que garanticen protección a los más vulnerables, entre ellos más de 100,000 personas que ya completaron los procesos de verificación y esperan ser acogidas.
Un cambio que redefine el liderazgo moral
Con esta medida, Washington da un paso atrás en un programa que durante décadas ha simbolizado la apertura y el liderazgo humanitario de Estados Unidos. La reducción sin precedentes de admisiones no solo limita las oportunidades de miles de desplazados, sino que también reconfigura la imagen del país frente a las crisis globales de refugiados.

