El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su gobierno intensificará las redadas migratorias en varias de las ciudades más grandes del país. En su lista están Nueva York, Los Ángeles y Chicago, tres ciudades tradicionalmente demócratas y con alta población inmigrante.
Durante la cumbre del G7 en Canadá, Trump afirmó que estas urbes “son donde reside la gente” que su gobierno busca deportar, y que su administración se enfocará en ellas por ser ciudades santuario.
¿Qué son las ciudades santuario?
Las llamadas ciudades santuario son jurisdicciones que limitan su colaboración con las autoridades federales de inmigración. Es decir, no entregan automáticamente a inmigrantes indocumentados a las agencias federales y evitan detenerlos solo por su estatus migratorio.
Este modelo ha sido impulsado por gobiernos locales que buscan proteger a comunidades migrantes, pero ha sido fuertemente criticado por Trump, quien insiste en que ahí “se refugian criminales”.
Redadas, protestas y presencia militar
La intensificación de las redadas del ICE en Los Ángeles ya ha provocado disturbios y protestas. Trump incluso ordenó el envío de tropas de la Guardia Nacional a esa ciudad, lo que fue rechazado por autoridades locales. Un juez bloqueó la medida, pero la decisión aún está en revisión en una corte de apelaciones.
Trump aprovechó para atacar al alcalde de Chicago, Brandon Johnson, y al gobernador de Illinois, JB Pritzker, a quienes responsabilizó por el aumento de la criminalidad. Dijo que Chicago “ha sido invadida por criminales” y calificó a Pritzker como “probablemente el peor gobernador del país”.
Un mensaje político con sabor a campaña
Este nuevo impulso a las redadas llega en un contexto político donde Trump ha retomado su discurso antimigrante como parte central de su estrategia. También se inscribe en un intento de diferenciarse de las políticas de su antecesor, Joe Biden, a quien acusa de ser débil con la inmigración.