Investigado por corrupción en la construcción de defensas en Kursk
El exministro de Transporte de Rusia, Roman Starovoit, fue hallado muerto este lunes dentro de su vehículo en las afueras de Moscú, con una herida de bala. Según medios locales, todo apunta a un suicidio, ocurrido apenas horas después de que el presidente Vladimir Putin lo destituyera de su cargo.
Starovoit estaba siendo investigado por su posible implicación en la sustracción de fondos públicos durante la construcción de estructuras defensivas en la región fronteriza de Kursk, la cual gobernó antes de asumir el Ministerio de Transporte en 2024. La región fue escenario de ataques ucranianos y, bajo su gestión, se construyeron fortificaciones que ahora están bajo escrutinio.
Una cadena de muertes en el Ministerio
Poco después de conocerse la muerte de Starovoit, se reportó el fallecimiento súbito de Andrei Korneichuk, subdirector del departamento de Terrenos del mismo ministerio. Según fuentes rusas, el funcionario de 42 años colapsó durante una reunión al enterarse del escándalo y murió en su oficina.
Medios como Telegram 112 y el portal Shot aseguran que ambos hechos han sacudido al Ministerio de Transporte ruso y generado preocupación por la presión interna dentro del gobierno.
El escándalo de los “dientes de dragón”
El caso que involucra a Starovoit gira en torno a los llamados “dientes de dragón”, unas estructuras de hormigón usadas como barreras antitanques. Su mala calidad y los altos costos levantaron sospechas. La Fiscalía acusa a varios exfuncionarios y empresarios de haberse quedado con parte del dinero destinado a estas obras.
Entre los implicados figura Alexey Smirnov, exgobernador interino de Kursk, quien habría testificado en contra de Starovoit. Smirnov ya fue arrestado en abril, junto al exvicegobernador Aleksey Dedov y varios empresarios relacionados con las obras.
De héroe regional a caída estrepitosa
Starovoit había sido presentado por medios rusos como un “patriota ejemplar”, mostrando su entrenamiento militar con el grupo Wagner y promoviendo un discurso de defensa nacional. Sin embargo, su imagen se vino abajo tras los señalamientos de corrupción y su repentina salida del gobierno.
Ahora, su muerte marca un nuevo capítulo en el creciente número de casos turbios dentro de la élite rusa, donde las caídas políticas, las investigaciones por corrupción y las muertes inesperadas parecen ir de la mano.
Fuente: El Mundo
