La entrevista del presentador estadounidense Tucker Carlson al presidente ruso, Vladimir Putin, difundida el jueves comenzó con un muy cuestionable discurso de media hora sobre la historia de Rusia y Ucrania.
Carlson, que a menudo parecía desconcertado, escuchaba las extensas explicaciones de Putin sobre los orígenes del Estado ruso en el siglo IX, Ucrania como un Estado artificial y la colaboración polaca con Hitler.
Es un terreno familiar para Putin, quien en 2021 escribió un ensayo infame de 5.000 palabras titulado «Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos». Aquel texto presagió la justificación intelectual desplegada por el Kremlin para su invasión de Ucrania menos de un año después.
Para los historiadores, la letanía de afirmaciones hechas por Putin carece de sentido y no representa más que una manipulación selectiva de la historia para justificar la guerra en Ucrania.
Analizamos, con la ayuda de académicos, el discurso histórico del presidente de Rusia.
La narrativa del Estado
Putin comenzó la entrevista afirmando que el «establecimiento del Estado ruso» ocurrió en el año 862. Ese año Rurik, un príncipe escandinavo, fue invitado a gobernar la ciudad de Novgorod, la capital de los Rus, el pueblo que eventualmente se convertiría en los rusos de hoy.
Putin contrapone lo que, según él, es la tradición ininterrumpida de un Estado ruso que se remonta al siglo IX con la «invención» moderna de Ucrania, un país que, sostiene, fue «creado» en el siglo XX.
Sergey Radchenko, historiador de la Escuela Johns Hopkins de Estudios Internacionales Avanzados, explica que la afirmación del presidente es «una completa falsedad».
«Vladimir Putin está tratando de construir una narrativa al revés, diciendo que Rusia comenzó su desarrollo como Estado en el siglo IX. Se podría decir igualmente que Ucrania como estado comenzó su desarrollo en el siglo IX, exactamente con el mismo tipo de evidencia y documentos”, expone.
Y asegura que el presidente ruso “está tratando de utilizar ciertos hechos históricos para construir una narrativa centrada en el Estado que favorezca a Rusia frente a cualquier otra alternativa».
Ronald Suny, profesor de la Universidad de Michigan, dice que el pueblo Rus estaba integrado por «un grupo de bandidos que quemaron su propia capital en varias ocasiones».
Añade que Putin repite una «mitología establecida, inventada en ciertos momentos del pasado por los zares moscovitas cuyo linaje se remonta a Rurik«.
«Esta mitología se consolidó en Moscú para justificar su dominio imperial sobre Ucrania», sentencia.
Los ucranianos como «rusos periféricos»
Putin declaró a Tucker Carlson que en el siglo XVII, cuando Polonia llegó a gobernar parte de la actual Ucrania, introdujo la idea de que los habitantes de esas áreas «no eran exactamente rusos” y que “debido a que vivían en la periferia, eran ucranianos».
«Originalmente, la palabra ucraniano significaba que la persona vivía en las afueras del Estado, en la periferia», alegó.
Pero Anita Prazmowska, profesora emérita de la LSE, lo desmiente.
Afirma que, si bien la conciencia nacional entre los ucranianos surgió más tarde que en otras naciones de Europa central, sí había ucranianos durante ese período.
Putin «está utilizando un concepto de Estado del siglo XX basado en la protección de una nación específica, como algo que se remonta atrás. Esto no es así».
Suny, por su parte, afirma que puede ser cierto que los rusos, ucranianos y bielorrusos «provienen del mismo linaje”, pero “con el tiempo se convirtieron en pueblos diferentes».
La “Nueva Rusia”
El presidente ruso Putin afirmó que las zonas del sur y el este de Ucrania «no tenían conexión histórica alguna con Ucrania».
El hecho de que fueran arrebatadas al Imperio otomano, por la emperatriz rusa Catalina la Grande en el siglo XVII significa, para Putin, que estas tierras son legítimamente rusas. Más tarde se refiere a ellas utilizando el término del siglo XVII «Novorossiya» (Nueva Rusia).
Suny señala que, cuando Rusia conquistó esas regiones, sus habitantes no eran rusos ni ucranianos, sino otomanos, tártaros o cosacos; campesinos eslavos que habían huido a las fronteras.
Pero afirmar que estos territorios son en realidad legítimamente rusos sirve a los intereses de Putin, ya que Rusia está intentando arrebatárselos a Ucrania desde hace más de una década.
La llamada Novorossiya incluye Crimea, anexada ilegalmente en 2014, y áreas en torno a Jersón, Mariúpol y Bajmut que el líder del Kremlin declaró parte de Rusia en 2022.
Ucrania, un “Estado artificial”
Putin continuó afirmando que «Ucrania es un Estado artificial que fue moldeado por voluntad de Stalin», argumentando que fue creada por el liderazgo soviético en la década de 1920 y recibió tierras sobre las que no tenía ningún derecho histórico.
En cierto sentido tiene razón, afirma el profesor Radchenko. Los dirigentes soviéticos trazaron las fronteras de las repúblicas de la URSS «casi como las potencias coloniales occidentales trazaron las fronteras en África: de forma algo aleatoria«.
«Pero eso no significa que los ucranianos no existieran».
En términos más generales, Radchenko niega las afirmaciones de Putin de que Ucrania no es un país real porque se consolidó en en su forma moderna en el siglo XX.
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Alega que «cualquier país sería un país falso, en el sentido de que los países se crean como resultado de un proceso histórico”.
«Rusia fue creada como resultado de decisiones tomadas por los zares rusos, como la colonización de Siberia, que se produjo a un costo considerable para la población local”, asevera. «Si Ucrania es un país falso, Rusia también lo es«.
“Colaboradores de Hitler”
Quizás la afirmación más incendiaria de Putin fue la relativa a Polonia. Putin afirmó que Polonia, invadida por la Alemania nazi y la Unión Soviética en 1939, «colaboró con Hitler».
El presidente ruso dijo a su entrevistador que, al negarse a ceder a Hitler una zona de Polonia llamada Corredor de Danzig, Polonia «fue demasiado lejos, empujando a Hitler a atacarlos y a iniciar la Segunda Guerra Mundial «.
Para la profesora Prazmowska, esta interpretación es una lectura errónea de la historia.
Argumenta que, si bien es cierto que hubo contactos diplomáticos entre Polonia y los nazis (el primer tratado que Hitler firmó después de llegar al poder fue un pacto de no agresión con Polonia en 1934), Putin llama colaboración al acercamiento diplomático a un vecino beligerante.
«La acusación de que los polacos colaboraban es una tontería», afirma Prazmowska.
«No se pueden interpretar estas cosas como si se tratara de una colaboración con la Alemania nazi, porque dio la casualidad de que la Unión Soviética también firmó tratados con Alemania» en aquel momento, explica.
En septiembre de 1939, la Alemania nazi y la Unión Soviética invadieron Polonia según los términos del Pacto Molotov-Ribbentrop, suscrito por ambos estados a principios de ese año.