En medio del caos y la violencia que vive Haití, el gobierno firmó un contrato con el empresario militar Erik Prince, conocido por fundar la empresa Blackwater y por sus conexiones con el expresidente Donald Trump. Su misión: liderar un operativo secreto contra las bandas criminales que controlan gran parte del país.
Según reveló The New York Times, Prince —quien ganó notoriedad en la guerra de Irak y ha sido señalado por abusos y escándalos internacionales— ha comenzado a desplegar drones armados en Puerto Príncipe desde marzo. Su equipo también estaría reclutando haitiano-estadounidenses con experiencia militar y planea enviar hasta 150 contratistas durante el verano.
Aunque no se conocen los detalles del acuerdo ni cuánto se le está pagando, funcionarios haitianos y estadounidenses confirmaron que el plan está en marcha. El Departamento de Estado de EE. UU. aclaró que no está financiando estas operaciones.
¿Quién es Erik Prince?
Prince es una figura controversial. Su empresa, Blackwater, fue contratada por EE. UU. para operar en Irak, donde sus hombres fueron responsables de la masacre de 17 civiles en la plaza Nisour (2007). Años después, Trump indultó a cuatro de los responsables. Prince también ha sido acusado de violar un embargo de armas en Libia, de entrenar mercenarios para Emiratos Árabes y de reclutar exespías para infiltrar movimientos progresistas en EE. UU.
Es, además, hermano de Betsy DeVos, exsecretaria de Educación de Trump, y donante clave de su campaña.
¿Qué busca Haití?
Con el país prácticamente tomado por las pandillas —especialmente en la capital—, y con una fuerza multinacional de apoyo aún en fase de llegada, el gobierno haitiano parece estar apostando a soluciones rápidas, aunque controversiales.
El equipo de Prince no solo estaría encargado de operaciones contra líderes criminales. Según fuentes citadas por el Times, también se propone ayudar en áreas como aduanas, transporte y recaudación de impuestos.
Lo que opinan los expertos
Aunque la operación sigue siendo en gran parte secreta, ya hay voces que advierten sobre los riesgos. El historial de Prince en zonas de conflicto es preocupante y, en el pasado, sus intervenciones dejaron un saldo de abusos, impunidad y caos. Aun así, ante la desesperación y la falta de opciones internas, Haití parece estar optando por lo que tiene a mano.
