Un aliado político del presidente de Rusia, Vladimir Putin, adoptó a una niña ucraniana que fue secuestrada en un hospital de Ucrania.
Así consta en unos documentos descubiertos por el equipo Panorama de la BBC.
El nombre de Serguéi Mironov, de 70 años y líder de un partido político ruso, figura en el registro de adopción de una niña de 2 años que fue secuestrada en 2022 por una mujer con la que Mironov está casado.
Los papeles muestran que la identidad de la niña fue cambiada en Rusia.
Mironov no respondió a las solicitudes de comentarios.
Pero este jueves, posteó en su cuenta de Telegram una crítica general sobre ataques con información falsa contra él y su familia.
La historia de Margarita
La niña, originalmente llamada Margarita, fue una de los 48 menores que desaparecieron del Hogar Infantil Regional de Jersón cuando las fuerzas rusas tomaron el control de la ciudad ucraniana.
La pequeña figura entre los cerca de 20.000 niños que, según el gobierno ucraniano, han sido secuestrados por las fuerzas rusas desde el inicio de la invasión a gran escala en febrero de 2022.
A principios de este año la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra Putin y su comisionada para los Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova, por la supuesta deportación ilegal de niños ucranianos a territorio controlado por Rusia con la intención de expulsarlos definitivamente de su propio país.
El gobierno ruso ha negado que deporte a niños ucranianos, aunque ha reconocido que sí los evacúa para protegerlos de la guerra.
La BBC trabajó con la investigadora de derechos humanos ucraniana Victoria Novikova para descubrir qué pasó con Margarita y con los otros niños.
Novikova ha preparado un expediente con nuevas pruebas para la oficina del fiscal general de Ucrania, el cual a su vez lo entregará a la CPI.
El misterio que rodea a Margarita comenzó cuando una mujer con un vestido lila apareció en el hospital infantil de Jersón, donde la niña, de entonces 10 meses, estaba siendo tratada por un ataque de bronquitis en agosto de 2022.
Margarita era la residente más joven del hogar infantil local, una institución que atendía a niños con problemas médicos o cuyos padres perdieron la custodia de ellos o murieron.
La madre de la pequeña renunció a la custodia poco después de su nacimiento y se desconoce el paradero de su padre.
La doctora Nataliya Lyutikova, quien trataba a los infantes en el hospital, dijo que era una bebé sonriente a la que le encantaba abrazar a la gente.
La mujer vestida de lila se presentó como «la jefa de asuntos infantiles de Moscú», recordó la doctora Lyutikova.
Jersón, ahora nuevamente bajo control ucraniano, estaba entonces en el sexto mes de la ocupación rusa.
Poco después de que la mujer se fuera, Lyutikova recibió repetidas llamadas telefónicas de un funcionario designado por Rusia, que recientemente había sido puesto a cargo del hogar infantil.
El funcionario le exigió a la doctora que Margarita fuera enviada de regreso desde el hospital al hogar infantil de inmediato.
Al cabo de una semana, Margarita fue dada de alta del hospital. A la mañana siguiente, pidieron al personal del hogar infantil que la prepararan para el viaje.
«Teníamos miedo, todo el mundo tenía miedo», dijo Lyubov Sayko, enfermera del centro.
Describió cómo unos hombres rusos, algunos con pantalones de camuflaje de estilo militar, uno con gafas negras y un maletín en la mano, llegaron para recoger a la niña.
«Era como sacado de una película», señaló.
Pero esto fue sólo el comienzo.
Siete semanas después, Igor Kastyukevich, un parlamentario ruso vestido con uniforme militar, llegó al centro y, con otros funcionarios, organizó la deportación de los niños restantes, incluido el medio hermano de Margarita, Maxym.
«Nos los quitaron de las manos y se los llevaron», aseveró Sayko.
Videos publicados en Telegram por Kastyukevich mostraron a los niños, vestidos, siendo llevados a autobuses y ambulancias.
«Los niños serán llevados a condiciones seguras en Crimea», informó Kastyukevich, mientras cargaban a los niños.
Rusia se anexó la península ucraniana en 2014.
Kastyukevich describió el evento como una misión humanitaria.
El tren de medianoche
Durante cinco meses, la BBC ha estado intentando localizar a Margarita y a los otros 47 niños, junto con la abogada Victoria Novikova.
Encontrar a los niños desaparecidos en un lugar tan vasto como Rusia, un país de más de 17 millones de kilómetros cuadrados no es una tarea fácil.
El primer trabajo fue identificar a la misteriosa mujer vestida de lila que visitó a Margarita en el hospital en agosto de 2022.
Novikova halló un documento ruso que autorizaba el traslado de Margarita a un hospital de Moscú para realizarle pruebas médicas.
En el documento figuraba el nombre de una mujer: Inna Varlamova. Una búsqueda en las redes sociales confirmó que se trataba de la misteriosa mujer vestida de lila.
El equipo de la BBC le mostró una fotografía de Varlamova a la doctora Lyutikova y ella la identificó como la misma mujer que había visitado a Margarita en la sala de niños.
Otras investigaciones permitieron revelar que Varlamova trabaja en el parlamento ruso, aunque no está claro en qué calidad, y que posee propiedades en Podolsk, cerca de Moscú.
Un misterio había sido resuelto, pero persistían algunas preguntas.
«Margarita no necesitaba ningún un examen especial», dijo la doctora Lyutikova, refiriéndose a la noche en que se llevaron a la niña.
«¿Por qué llevar a un niño tan lejos?».
Con el nombre de Varlamova en la mano, y la ayuda de fuentes dentro de Rusia, Panorama adquirió registros de trenes. Estos documentos mostraron que la mujer llegó a la Ucrania ocupada el mismo día en que, según los testigos, Margarita fue sacada del hogar de niños.
Más tarde esa noche, a las 00:20, Varlamova tomó el tren de regreso a Moscú, con billetes de regreso adicionales.
Margarita fue secuestrada en este tren de medianoche, de acuerdo con la evidencia.
El motivo
¿Pero por qué el interés en esta niña en particular?
Una fuente rusa entregó otra información crucial: un documento que mostraba que Varlamova se había casado recientemente con el político Serguéi Mironov.
Mironov, un exparacaidista, es el líder del Partido Rusia Justa (una formación de la oposición rusa autorizada por el Estado) y apoya al presidente Putin.
El político ha sido sancionado por varios países occidentales, incluidos Reino Unido y la Unión Europea (UE).
Luego vino una revelación clave.
La BBC accedió a una partida de nacimiento, creada en diciembre pasado, de una niña de 14 meses llamada «Marina». Los padres de la criatura aparecen identificados como Inna Varlamova y Serguéi Mironov. La entrada era irregular y no mostraba registro original del nacimiento de la niña.
El cumpleaños de «Marina» figuraba como el 31 de octubre de 2021, el mismo día en que nació Margarita.
“Cuando vi que el cumpleaños de Marina era el mismo que el de Margarita caí en cuenta”, dijo Novikova.
A través de fuentes rusas anónimas, el equipo de la BBC recibió el registro de adopción de Margarita.
Margarita Prokopenko pasó a llamarse Marina Mironova, en honor a su padre adoptivo Serguéi Mironov. Y Podolsk figura como su lugar de nacimiento.
El gobierno ruso dijo que no tiene conocimiento del caso de Margarita y que no puede hacer comentarios.
Facilitando las adopciones
La Convención de Ginebra, que define lo que constituye un crimen de guerra, proscribe la deportación de civiles en tiempos de guerra, a menos que sea esencial por razones militares o de seguridad y siempre que sea temporal.
El tratado también prohíbe cambiar el estado familiar de un niño.
Cuando el presidente Putin y su comisionada para la infancia fueron acusados por la CPI a principios de este año, el tribunal alegó que la deportación ilegal de cientos de niños ucranianos de orfanatos y hogares infantiles se realizó con la «intención de sacar permanentemente a estos niños de sus hogares y de su propio país».
Esto se produjo tras la decisión de Putin de emitir decretos para facilitar a los rusos la adopción de niños ucranianos.
Lvova-Belova ha dicho que Rusia sólo recibe a niños en hogares de acogida.
«No hemos realizado adopciones», dijo el mes pasado.
«Este es un hecho muy importante, porque la adopción significa que el niño se vuelve completamente nativo. Puedes cambiar su apellido, nombre, patronímico [apellido], puedes cambiar el lugar de nacimiento», agregó.
Pero en su respuesta a nuestra investigación, el gobierno ruso dijo que es «incorrecto» decir que Rusia no autoriza la adopción de niños originarios de las regiones ucranianas recién anexionadas.
Moscú, que ahora considera gran parte de Ucrania como rusa, asegura que las personas que viven allí son sus ciudadanos, incluidos los niños.
Sin respuesta
La BBC escribió a Mironov y a Varlamova preguntándoles sobre Margarita, pero no han respondido.
Se cree que casi todos los demás niños que fueron sacados del hogar de Jersón siguen en manos rusas. Al menos 17 se encuentran en Crimea, según las autoridades rusas. Todos tienen familiares en Ucrania, aseveró Novikova.
Ucrania afirma haber identificado a 19.546 niños que han sido llevados a Rusia y sostiene que apenas 400 han regresado.
Rusia, por su parte, cuestiona estas cifras.
Desde Moscú aseveran que reunirán a los niños con familiares o amigos si se presenta un reclamo legítimo y viajan a buscarlos.
Sin embargo, muchos padres no saben dónde están sus hijos y el proceso de encontrarlos y recuperarlos es difícil y complejo.
Sólo se sabe de un niño del centro de Jersón que ha sido devuelto a Ucrania. El mes pasado, Viktor Puzik, de 3 años, que se encontraba en el hogar a la espera de una operación, fue recogido en Crimea por su madre, Olha.
La mujer relató que el tiempo que pasó separada de su pequeño había sido una agonía.
«Estuve pensando, ¿dónde está, cómo está? ¿Está vivo o no? Todo pasó por mi mente», relató la madre.
Novikova quiere encontrar a todos los otros niños desaparecidos del Hogar Infantil de Jersón, pero le preocupa que pronto sean imposibles de rastrear.
«El tiempo no está de nuestro lado», afirmó.
«El problema es que [las autoridades rusas] intentan borrar la identidad de los niños cuando expiden certificados de nacimiento rusos o incluso pasaportes”, explicó.
Mientras tanto, no ha perdido la esperanza de devolver a Margarita a Ucrania.
Aún no ha encontrado familiares que puedan acoger a la pequeña, por lo que el gobierno ucraniano le ha designado tutora legal y tiene planes de solicitar a las autoridades rusas su devolución.
«El mundo necesita saber sobre la existencia de Margarita. Querían borrarla. Necesitamos traerla de vuelta», zanjó.