MIAMI.- Juanita Castro, la hermana de los dirigentes cubanos Fidel y Raúl Castro, y quien trabajó con la CIA contra el gobierno comunista de sus hermanos, ha muerto en Miami a los 90 años. Florida había sido su hogar desde poco después de huir de la isla hace casi 60 años.
La periodista María Antonieta Collins, coautora del libro de Juanita Castro “Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta”, escribió en Instagram que murió el lunes.
“Se nos adelantó en el camino de la vida y la muerte Juanita Castro, mujer excepcional, luchadora incansable por la causa de su Cuba que tanto amo”, escribió Collins.
El gobierno y los medios de comunicación cubanos no habían mencionado su muerte hasta el miércoles.
En su libro, Juanita Castro, una acérrima anticomunista, escribió que empezó a colaborar con la CIA poco después de que Estados Unidos malograra la invasión de Bahía de Cochinos en 1961.
En un inicio había apoyado a sus hermanos mayores en su intento de derrocar al dictador Fulgencio Batista, recaudando fondos y comprando armas. Se desilusionó cuando Fidel Castro se convirtió en un comunista de línea dura tras tomar el poder en 1959 y expulsara de su gobierno a quienes no estuvieran de acuerdo.
Cuando su casa en Cuba se volvió un santuario para los anticomunistas a principios de la década de 1960, Fidel Castro advirtió a su hermana que no se involucrara con los “gusanos”, como el gobierno llamaba a aquellos que se oponían a la revolución.
En su libro relata que la esposa del embajador de Brasil en Cuba fue quien la convenció de reunirse con un agente de la CIA durante un viaje a Ciudad de México en 1961. Cuenta que le dijo al agente que no quería dinero y que no respaldaría ningún tipo de violencia contra sus hermanos u otras personas.
Añadió que la CIA la utilizó para introducir en Cuba mensajes, documentos y dinero ocultos en latas de alimentos. Se comunicaban con ella por radio de onda corta, poniendo un vals y una canción de la ópera Madame Butterfly como señales de que sus encargados tenían un mensaje para ella.
Permaneció en la isla mientras su madre estuvo viva, creyendo que eso la protegería de la ira total de Fidel.
“Mis hermanos podían ignorar lo que yo hacía o aparentar ignorarlo para no herir a mi madre, pero eso no significaba que no tuviera problemas”, escribió. Tras la muerte de su madre en 1963, “todo se complicó peligrosamente”.
Castro huyó de Cuba el año siguiente, después de que Raúl la ayudara a conseguir una visa para México. Nunca volvió a ver a sus hermanos.
“Ya no puedo seguir indiferente ante lo que está sucediendo en mi país”, dijo a la prensa cuando llegó a México. “Mis hermanos Fidel y Raúl lo han transformado en una enorme cárcel rodeada por agua. El pueblo está clavado en una cruz de tormento impuesta por el comunismo internacional”.
Debido a que su trabajo para la CIA había sido clandestino y no conocido públicamente, muchos exiliados cubanos temían que fuera una espía comunista cuando, un año más tarde, llegó a Estados Unidos. Después ayudó a fundar una organización sin ánimo de lucro respaldada por la CIA que trabajó contra el gobierno de Castro.
Finalmente estableció su hogar en Miami, donde administró una farmacia en la Pequeña Habana y se convirtió en un miembro respetado de la comunidad cubana-estadounidense. En 1984 se naturalizó estadounidense.
Luis Zúñiga Rey, que antes de ser expulsado de Cuba en 1988 había sido un prisionero político, dijo el miércoles que conoció a Juanita Castro durante entrevistas con la radio local.
“Ella era seria y afable. Le gustaba el respeto”, comentó. “Siendo la hermana de los dictadores de Cuba, ella trataba de evitar que esa relación de familia interfiriera en su comunicación, en su relación con los compatriotas”.
“Ella esencialmente demostró ser muy valiente. Enfrentarse a su hermano poderoso; imagínese lo que significa en el plano personal”, dijo.
Fidel Castro gobernó Cuba hasta 2008, cuando pasó el poder a Raúl, quien había sido su segundo al mando. Luego, Raúl Castro pasó una década como mandatario de Cuba.
Cuando los graves problemas de salud de Fidel en 2006 desataron celebraciones en las calles de la Pequeña Habana, Juanita Castro no se alegró. Aunque había luchado contra su gobierno, él seguía siendo su hermano.
“Así como la gente está manifestando y celebrando, yo enseño mi tristeza. Respeto la postura de todos aquellos que se sienten felices por sus problemas de salud, pero también me tienen que respetar a mí”, había dicho a The Associated Press. “Es mi familia. Son mis hermanos. No importa. Así es, aunque estemos separados por razones políticas e ideológicas”.
Fidel Castro murió en 2016 a los 90 años, mientras que Raúl, de 92, vive jubilado. El hermano mayor, Ramón, murió también en 2016 a los 91 años. AP