El director del FBI, Kash Patel, enfrenta este martes una audiencia clave ante el Comité Judicial del Senado de Estados Unidos, en un contexto marcado por controversias en investigaciones sensibles y acusaciones de represalias políticas dentro de la agencia.
Investigaciones bajo la lupa
Dos casos emblemáticos han puesto en entredicho la conducción de Patel. El primero involucra el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. El FBI anunció la captura de un sospechoso apenas horas después del crimen, pero el verdadero presunto agresor fue detenido 33 horas más tarde. Este error generó cuestionamientos sobre la transparencia y eficacia del proceso investigativo.
El segundo episodio gira en torno al caso de Jeffrey Epstein. En julio, Patel cerró oficialmente la investigación mediante un memorando que concluyó que el financiero se suicidó, descartando cualquier vínculo con chantajes a figuras de poder. La decisión provocó rechazo transversal: tanto conservadores como progresistas reavivaron teorías sobre una posible protección a miembros de la élite política y cultural estadounidense.
Acusaciones de purga interna
Desde su llegada al cargo en enero, Patel ha destituido a decenas de agentes, incluidos altos mandos históricos del FBI. Algunos exfuncionarios presentaron demandas alegando que fueron removidos por “falta de lealtad política” al presidente Donald Trump. Este patrón ha encendido las alarmas en el Senado, donde se teme que el buró esté siendo instrumentalizado políticamente.
Durante la sesión de este martes, se anticipa que los senadores demócratas interroguen a Patel sobre los despidos y el posible uso partidista de la agencia.