La tragedia en Texas no da tregua. Las fuertes inundaciones que afectan al estado desde hace varios días ya han dejado al menos 78 personas muertas, mientras continúan las labores de búsqueda de decenas de desaparecidos. Entre ellos, 27 niñas que acampaban junto a un grupo cristiano en la orilla del río Guadalupe, una de las zonas más golpeadas.
El gobernador Greg Abbott describió el desastre como uno de los peores que ha visto: “No pararemos hasta encontrar a todas las niñas”, declaró tras visitar el campamento Mystic, donde al momento del desborde había unas 750 menores. El agua alcanzó la parte superior de las cabañas, arrasando todo a su paso.
Una comunidad rota pero decidida
El alguacil del condado de Kerr, Larry Leitha Jr., afirmó que los equipos de rescate seguirán trabajando sin descanso hasta dar con todas las personas desaparecidas. “Esta comunidad es fuerte y seguirá unida durante este momento tan doloroso”, dijo.
Además de las brigadas oficiales, decenas de ciudadanos se han sumado de forma voluntaria a las tareas de búsqueda, usando drones, botes e incluso caminando entre el lodo para tratar de encontrar señales de vida.
Lluvias que no paran
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que la emergencia aún no ha terminado. Se esperan entre 50 y 100 milímetros adicionales de lluvia en las próximas horas, y en algunas zonas podrían caer hasta 250 milímetros, lo que pone en peligro nuevas áreas ya saturadas de agua.
El presidente Donald Trump fue contactado por el gobernador Abbott para que firme una declaración de desastre, y se declaró el domingo como un “día de oración” en todo Texas. Mientras tanto, desde el Vaticano, el papa León XIV envió sus condolencias y oraciones a las familias afectadas durante el rezo del ángelus.