México ha promulgado una reforma constitucional que transforma drásticamente su sistema judicial, marcando un cambio sin precedentes en la estructura del tercer poder del Estado.
¿De qué se trata esta nueva ley?
A partir de ahora, los jueces de todos los niveles serán elegidos por votación popular, un proceso que elimina el anterior sistema de nombramientos basado en méritos y cualificaciones.
La medida, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue aprobada gracias a la mayoría legislativa que sus aliados obtuvieron en las elecciones de junio. Esta reforma fue publicada en el boletín oficial justo antes del Día de la Independencia de México, convirtiéndose en ley.
Impacto
La reforma afectará a aproximadamente 7,000 jueces, desde la presidencia de la Suprema Corte hasta los juzgados locales, con la intención de modernizar el sistema judicial y combatir la corrupción y el nepotismo que lo han plagado. Las elecciones para la selección de jueces se llevarán a cabo de manera gradual, comenzando en 2025 y concluyendo en 2027.
Conflictos
A pesar del respaldo del gobierno, la propuesta ha enfrentado una fuerte oposición de diversos sectores, incluyendo trabajadores judiciales, académicos, y legisladores de la oposición. Las tensiones generadas por la reforma han impactado a los mercados financieros y han provocado conflictos diplomáticos con Estados Unidos y Canadá.
¿Por qué se hace este cambio?
López Obrador había manifestado su descontento con la Suprema Corte, que bloqueó varios de sus planes, lo que llevó a la promesa de elegir a los jueces por votación popular. Esta nueva estructura se presenta como una respuesta a la falta de confianza en el sistema judicial, donde un 66% de los mexicanos considera a los jueces corruptos.
El desafío ahora radica en implementar el nuevo sistema electoral para los jueces. El Senado deberá convocar a candidatos y el organismo electoral del país comenzará a organizar las elecciones. La propuesta incluye la reducción del número de magistrados de la Suprema Corte a nueve y la creación de un Tribunal de Disciplina Judicial.
La reforma judicial de México ha abierto un debate sobre la efectividad y las implicaciones de elegir a los jueces, un cambio que podría definir el futuro del sistema judicial en el país.
