Claves y consecuencias de la mayor ofensiva de EE.UU. en Oriente Próximo
Estados Unidos ha entrado de lleno en la guerra entre Israel e Irán. Lo hizo con fuerza: una operación militar de gran escala —llamada “Martillo de Medianoche”— que bombardeó tres instalaciones nucleares clave de Irán: Isfahán, Natanz y Fordow.
Es el movimiento más agresivo en política exterior de Donald Trump desde que volvió al poder, y marca un giro importante respecto a su promesa de no involucrarse en conflictos largos en el extranjero.
¿Qué usó EE.UU. para atacar?
El ataque no fue simbólico: EE.UU. desplegó su artillería más pesada. Utilizó seis bombas antibúnker GBU-57, unas armas que pueden atravesar hasta 60 metros de hormigón antes de explotar. Nunca antes se habían usado en combate real. También disparó 30 misiles Tomahawk desde submarinos y destructores a más de 600 km de distancia. La intención era clara: destruir la capacidad nuclear de Irán.
¿Por qué justo ahora?
Trump había evitado este tipo de intervención. Pero después de cinco rondas de negociaciones fallidas con Irán este año, y tras una escalada de ataques entre Teherán e Israel iniciada el 13 de junio, EE.UU. decidió actuar. Trump aseguró que Irán no quería negociar seriamente, y que su régimen representaba una amenaza nuclear para el mundo.
“Las instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán han sido completamente destruidas”, dijo Trump tras el ataque.
Según la agencia atómica internacional (OIEA), Irán acumulaba 275 kilos de uranio enriquecido al 60%, lo que lo dejaba a un paso técnico de tener armamento nuclear (el nivel militar es 90%). Con casi 15,000 centrifugadoras avanzadas funcionando, Irán tenía la capacidad de producir material para varias bombas en muy poco tiempo.
¿Es peligroso atacar instalaciones nucleares?
Aunque suene alarmante, no es lo mismo atacar una planta nuclear operativa que una instalación de almacenamiento de uranio. Expertos aseguran que el riesgo de contaminación radiactiva masiva es bajo. Puede haber filtraciones locales, pero no se espera un desastre tipo Chernóbil o Fukushima.
¿Qué papel juega Israel en todo esto?
Israel lleva semanas atacando objetivos iraníes por su cuenta. Ha eliminado científicos nucleares y comandantes militares clave. Pero necesitaba del apoyo de EE.UU. para golpear las instalaciones más protegidas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aprovechó el momento: Irán está debilitado, y sus aliados regionales (como Siria, Hezbolá y Hamás) también están en crisis. Con la ayuda de Trump, Israel ha intensificado su ofensiva y hasta ha insinuado que quiere derrocar al régimen iraní.
La postura de la ONU y el OIEA
El ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, ha asegurado que la responsabilidad del OIEA y su director allanó el camino para la operación estadounidense. Como consecuencia, Araqchí exige a la Junta de Gobernadores del OIEA que condene el ataque a las instalaciones nucleares.
Además, Teherán ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que convoque una reunión de emergencia, que tendrá lugar este mismo domingo. «El ataque estadounidense constituye una violación de la Carta de la ONU«, ha dicho en una rueda de prensa el ministro.
Ahora, tanto la ONU como el OIEA deben decidir si aceptan las peticiones de Irán y solicitan respuestas a Estados Unidos por su ataque o, en cambio, defienden la tesis israelí y estadounidense de que Teherán estaba amenazando a la región con la proliferación de armas nucleares.
El Ejército iraní ha lanzado una dura advertencia al presidente estadounidense, Donald Trump, asegurando que la «guerra» que, según ellos, ha comenzado Washington, será «acabada» por Teherán.
El ejército iraní responde a Trump
El Ejército iraní ha lanzado una dura advertencia al presidente estadounidense, Donald Trump, asegurando que la «guerra» que, según ellos, ha comenzado Washington, será «acabada» por Teherán.
«Señor Trump, el apostador, tú empezaste esta guerra, pero la acabaremos nosotros», alertó este lunes el portavoz del Comando Unificado de Operaciones Khatam al-Anbiya, el teniente coronel Ebrahim Zolfaghari. El oficial iraní advirtió a Washington que cualquier ataque contra suelo iraní tendrá «consecuencias graves, lamentables e impredecibles».
