El Parlamento de Cuba aprobó este viernes una reforma constitucional que borra el límite de 60 años para postularse por primera vez a la presidencia del país. La propuesta, que llegó desde las entrañas del poder —con el expresidente Raúl Castro como impulsor principal—, fue respaldada de forma unánime por 440 de los 470 diputados.
Una Constitución más flexible (para algunos)
Hasta ahora, la Constitución cubana de 2019 establecía que solo podían aspirar a la presidencia personas entre 35 y 60 años, aunque el cargo era renovable una vez. Ese tope fue eliminado con el argumento de que hay personas mayores de 60 “en pleno ejercicio de sus facultades físicas y mentales”, con trayectoria revolucionaria y “alto compromiso con la Revolución”, según dijo el presidente del Parlamento, Esteban Lazo.
¿Una movida hecha a la medida?
La reforma coincide con el contexto de una cúpula política envejecida: el propio Raúl Castro tiene 94 años, y dentro del gabinete actual hay figuras como Ramiro Valdés (92) y Ricardo Cabrisas (87). Además, Miguel Díaz-Canel, el actual presidente, defendió el cambio asegurando que se ajusta “a las realidades actuales del país” y permite una selección más amplia de candidatos.
Como suele ocurrir en el sistema político cubano, donde el Partido Comunista es el único legal, no hubo oposición ni votos disidentes. La reforma fue aprobada sin debate público, en un Parlamento completamente alineado.