En la actualidad, la glorificación del nazismo supone un reto para muchos gobiernos del mundo. Brasil, por ejemplo, emitió recientemente una alerta ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) por la propagación de esta ideología.
En su carta, enviada por el Consejo Nacional de Derechos Humanos de Brasil, destaca el aumento de casos de incitación al odio, de ataques violentos a escuelas, así como las denuncias de crímenes cibernéticos en el país latinoamericano.
Un estudio de la investigadora Adriana Dias, uno de los pilares de la misiva, apunta que, a inicios de 2022, se registraron cerca de 530 núcleos neonazis en la nación, que agrupaban a unas 10.000 personas. Según algunas estimaciones, Sao Paulo sería el estado con más células de este tipo, seguido por Santa Catarina, Paraná y Río Grande del Sur.
La apología del nazismo se considera un crimen en Brasil y se castiga con penas de hasta cinco años de prisión y multas. No obstante, hay pocos procesos judiciales en curso sobre el tema. Por ello, representantes del Consejo Nacional de Derechos Humanos brasileño están realizando inspecciones en cuatro estados, mientras recopilan testimonios de las víctimas de este delito para proponer acciones a fin de combatir el extremismo.