Santo Domingo.- Desde que llegamos al Palacio de la Policía Nacional, la escena parecía un diciembre de película con luces parpadeando, motores rugiendo, policías alineados como si fueran parte de un mural vivo y gente vibrando con ese nerviosismo típico de cuando algo grande está por arrancar. El ambiente tenía mezcla de prisa y expectativa… como si la ciudad entera estuviera aguantando el aire para ver qué venía por ahí.
Y ahí estaba él, el Presidente Luis Abinader, parado frente a casi 28 mil agentes que están listos para salir a la calle a poner orden en estas navidades a través del operativo “Navidad con Garantía de Paz 2.0”. Todo el mundo estaba atento, en atención. Nadie parpadeba.



Cuando Abinader habla, se siente
Nosotros lo vimos levantar la mano y hablar ante los agentes con respeto, pero con firmeza, y te juro que el silencio parecía de iglesia. Los policías ahí, derechitos, como si el sol no estuviera quemando más que un fogón prendido.
El mandatario dejó claro que esta Navidad no se juega: derechos humanos, disciplina y cero relajo. Todo el mundo tragó seco.
El operativo reforzará de manera contundente la seguridad ciudadana durante las festividades de Navidad, Año Nuevo y los Santos Reyes, reafirmando el compromiso del Gobierno de garantizar celebraciones tranquilas, protegidas y en pleno orden para toda la población.
Faride ofrece cifras



Entonces le tocó el turno de hablar a Faride Raful, la ministra de Interior y Policía y ahí la cosa cogió otro impulso. Habló como si estuviera contando un secreto que todo el barrio debía saber:
“Pasamos de 19 mil a casi 25 mil policías. Y esta vez no esperamos que pase un lío: lo cortamos antes de que nazca”.
Se escuchó un “¡diache!” bajito entre varios, porque eso de prevención real suena a que la Navidad va a caminar derechita, aunque a algunos les pique.
Y cuando ella soltó el numerito de la tasa 9.58 homicidios, el más bajito en casi 10 años, uno sintió ese orgullo extraño, ese que uno no dice pero lo carga por dentro: “Co…, estamos mejorando”.
El general tira la última ficha



Después el mayor general Guzmán Peralta se adelantó con esa mirada de jefe policial que sabe lo que tiene entre manos. Habló del refuerzo en plazas, barrios calientes, avenidas, zonas turísticas… donde la gente anda comprando, celebrando o inventando, “ahí vamos a estar”.
Y cuando mencionó la lista de juguetes nuevos para los agentes: Tasers, body cams, tonfas, gas pimienta, uniformes nuevos, uno pensó: “Oye, pero esta gente sí está montá’”.
El centro de mando quedará prendido 24/7, como el colmado del barrio que nunca cierra.Y tú podías sentir que lo decía en serio.
La calle, la gente y el deseo final
Lo que más nos quedó fue esa idea de responsabilidad compartida.Eso se sintió fuerte, heavy, real.Y cuando el acto terminó, uno salió de ahí con una vibra rara: como si diciembre se sintiera más seguro… pero también como si la calle nos estuviera mirando a nosotros.

