En Corea del Sur la obsesión por una piel perfecta no tiene límites. No basta con las famosas rutinas de skincare de 10 pasos; ahora también han ganado terreno las clínicas clandestinas de estética, donde se hacen tratamientos tan extremos como dudosos. Y para muestra, un ejemplo inesperado: James Rodríguez.
El futbolista colombiano sorprendió a sus seguidores en Instagram al compartir unas historias donde se le ve sometiéndose a un misterioso procedimiento: le extraen sangre, la “oxigenan” y luego se la reinyectan. Según explicó él mismo, se trata de algo llamado “aféresis oxidativa”. El problema es que… ese tratamiento no existe como tal.
¿Qué es realmente eso que se hizo?
En medicina existe un proceso llamado aféresis, que consiste en separar los componentes de la sangre, generalmente por centrifugación. De ahí se puede obtener, por ejemplo, plasma rico en plaquetas (PRP), un tratamiento bastante popular en estética y con algo de respaldo científico, ya que puede estimular la producción de colágeno.
El PRP consiste en sacar una pequeña cantidad de sangre, separar las plaquetas e inyectarlas de nuevo en el rostro. Se usa en lesiones musculares, pero también se ha puesto de moda para mejorar la piel. ¿Funciona? Algunos estudios dicen que sí, aunque aún se pide más evidencia y estandarización. Lo preocupante es dónde y cómo se realiza este tipo de tratamientos.

Corea y sus clínicas fuera de control
Aunque en 2015 el gobierno surcoreano prometió acabar con las clínicas estéticas clandestinas, la realidad demuestra que no lo logró del todo. En estos centros se realizan procedimientos sin supervisión médica adecuada, y los riesgos van desde infecciones hasta daños permanentes en la piel o la salud.
Entonces, la gran pregunta es: ¿por qué James Rodríguez, con todos los recursos del mundo, se haría algo así en una clínica dudosa? No lo sabemos. Puede que pensara que allí era más exclusivo, o tal vez solo fue por moda. Pero lo cierto es que no es un buen ejemplo a seguir.
(Hipertextual)