Val Kilmer, conocido por papeles icónicos en películas como Top Gun, Batman Forever y The Doors, falleció a los 65 años debido a complicaciones derivadas de una neumonía en Los Ángeles, su ciudad natal. A lo largo de su carrera, Kilmer fue un actor reconocido por su impresionante rango, destacando en una variedad de géneros, desde comedias hasta dramas biográficos.
A pesar de su éxito, a menudo fue considerado como uno de los actores más subestimados de su generación. Su papel más destacado fue el de Jim Morrison en The Doors, por el cual se preparó exhaustivamente, bajando de peso y aprendiendo a cantar las canciones de la banda. Sin embargo, también tuvo fama de ser una persona difícil en los sets, lo que afectó su reputación en la industria del cine.
Kilmer sufrió un cáncer de garganta diagnosticado en 2014, lo que le causó la pérdida parcial de su voz, un evento que cambió drásticamente su carrera. A pesar de ello, continuó trabajando en proyectos como Top Gun: Maverick, donde retomó su papel de Iceman.
El actor también fue recordado por su vida personal, con relaciones notorias con figuras como Cher y Angelina Jolie. Aunque su carrera estuvo marcada por la brillantez y complejidad de su talento, Kilmer nunca abrazó completamente el estilo de vida típico de Hollywood. Siempre se destacó por su pasión por la actuación y su deseo de ser reconocido como un gran actor, más allá de la fama superficial.
Hoy, su legado perdura, y directores y colegas como Ron Howard y Michael Mann, quienes trabajaron con él, han elogiado su habilidad artística y su espíritu perseverante, especialmente durante sus años de lucha contra la enfermedad.
