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#MeToo, IA, Ed Sheeran, Young Thug, Taylor Swift: Las 10 historias legales más grandes de la música en 2023

Desde el juicio de Ed Sheeran por los derechos de autor de “Let’s Get It On” hasta el caso RICO (ley de organizaciones corruptas e influenciadas por extorsión) de Young Thug en Atlanta, pasando por el amargo “divorcio” de Hall & Oates tras “la traición definitiva de la sociedad”, el 2023 fue un año de duras batallas legales para muchas estrellas de la música. Eso también incluyó a Bad Bunny, Karol G y Daddy Yankee, quienes enfrentaron una colosal demanda por derechos de autor dirigida a casi todo el reggaetón, y a Lizzo, que fue acusada de ser una jefa tóxica por tres de sus bailarinas.

También fue un año de acusaciones oscuras. Una nueva ola de demandas de abuso sexual #MeToo contra figuras de la industria musical llegó a los tribunales. Los acusados incluyeron desde ejecutivos de sellos como Antonio “L.A.” Reid, hasta estrellas de rock como Axl Rose y el magnate del hip-hop Sean “Diddy” Combs, a quienes cuatro mujeres acusaron de agresión sexual.

El 2023 también planteó problemas legales que los abogados especializados en música tuvieron que tratar de resolver. El repentino auge de tecnología de inteligencia artificial generativa como ChatGPT planteó asuntos legales que podrían tardar años en resolverse. Los derechos de rescisión de derechos de autor, latentes para muchos artistas hasta hace poco, siguieron acechando. Y no hay que olvidar a Taylor Swift, cuya continua campaña de regrabación — y su éxito masivo — llevó a los sellos discográficos a realizar cambios importantes en los contratos discográficos que envían a los abogados de nuevos artistas.

Para ponerte al día con todos los acontecimientos legales del año, aquí las 10 grandes historias de derecho musical de Billboard que calaron hondo en 2023.

Ed Sheeran gana megajuicio

Ed Sheeran

Todos los ojos de la industria musical estuvieron puestos en un tribunal federal de Manhattan en abril, cuando Ed Sheeran se dirigía a un juicio por acusaciones de que su canción “Thinking Out Loud” infringía los derechos de autor de la famosa “Let’s Get It On” de Marvin Gaye. Tras un juicio de una semana en el que el propio astro se enfrentó a los abogados de la parte acusadora y rasgueó una guitarra desde el estrado, el jurado lo absolvió de cualquier delito, un veredicto que provocó un suspiro de alivio en el sector de la música. Una decisión a favor de los acusadores de Sheeran habría hecho eco del célebre veredicto de 2015 contra Robin Thicke y Pharrell Williams por su megaéxito “Blurred Lines”, que dejó a la industria hipercautelosa sobre cualquier canción que sonara remotamente similar. En cambio, el veredicto fue el último paso en una lenta marcha hacia un mundo posterior a “Blurred Lines”, en el que los tribunales dictaminan cada vez con más frecuencia que los “componentes básicos de la música” deben mantenerse libres para que los utilicen futuros compositores.

El momento #MeToo de la industria musical

Sean "Diddy" Combs

Seis años después de que el movimiento #MeToo desencadenara una reacción nacional contra el abuso y acoso sexual, la industria de la música experimentó una nueva ola de acusaciones de este tipo en 2023, en gran parte gracias a la aprobación de leyes en Nueva York y California que levantaron temporalmente los plazos de prescripción. Entre los acusados figuran ejecutivos como el cofundador de Interscope Records, Jimmy Iovine; los expresidentes de la Academia de la Grabación Neil Portnow y Mike Greene, el ejecutivo discográfico Antonio “L.A.” Reid y el difunto cofundador de Atlantic Records Ahmet Ertegun; estrellas del rock envejecidas como Axl Rose y Steven Tyler; artistas contemporáneos como Jimmie Allen y Jason Derulo; y el astro de Hollywood Jamie Foxx. Pero las acusaciones más escandalosas se presentaron contra el magnate del hip hop Sean “Diddy” Combs, que fue demandado en noviembre por la cantante de R&B y por años pareja sentimental Cassie, quien lo acusa de agresión y violación. Aunque el caso se resolvió rápidamente, Combs fue demandado de nuevo por otras tres mujeres, cada una de las cuales alegó distintos casos de abuso sexual. Diddy ha negado las acusaciones — en un comunicado dijo “BASTA YA” — pero ahora son los tribunales los que deben decidir.

Young Thug va a juicio en Atlanta

Young Thug, SXSW

Más de 18 meses después de que Young Thug (cuyo nombre real es Jeffery Williams) fuera acusado de dirigir una violenta pandilla callejera de Atlanta, finalmente fue juzgado a finales de 2023. Los fiscales afirman que la YSL de Thug no era un colectivo musical llamado “Young Stoner Life”, sino una banda llamada “Young Slime Life” que cometió asesinatos, robos de autos y tráfico de drogas durante la pasada década. Mientras tanto, los abogados de Thug dicen que éste no ha hecho nada malo y que está siendo atacado por su personalidad en gran medida ficticia. El juicio de YSL, que enfrenta a una de las mayores estrellas del hip-hop con los fiscales de la capital no oficial del rap de Estados Unidos, es uno de los casos penales más seguidos de cerca en la música en años. Pero también es un campo de batalla de alto nivel en la larga lucha sobre el uso de las letras de rap como prueba, una práctica controvertida que ha provocado la reacción de activistas de las libertades civiles, abogados defensores y, cada vez más, la industria musical. Antes del juicio, un juez dictaminó que las letras de Thug eran lícitas, diciendo repetidamente que “la Primera Enmienda no está en juicio”. ¿Tendrán alguna repercusión en el resultado del caso? ¿Y su uso impulsará nuevas medidas para restringir la práctica? Atentos a las respuestas en el 2024.

El reggaetón en la mira

No hubo un caso de derechos de autor musical más grande en 2023 — y queremos decir literalmente “más grande” — que la masiva demanda dirigida a casi todas las estrellas del reggaetón del mundo. Presentado por el influyente dúo musical jamaicano Steely & Clevie, el caso reclama la propiedad legal de la canción que dio origen al ritmo dembow, la percusión boom-ch-boom-chick que define el género y aparece en innumerables canciones de reggaetón. Si eso suena como una demanda arrolladora, es porque lo es: los abogados de Steely & Clevie han demandado a más de 150 personas, entre ellas  Bad Bunny, Pitbull, Karol G, Daddy Yankee y Justin Bieber, así como a unidades de las tres grandes compañías discográficas, alegando que más de 1.800 canciones de reggaetón infringen sus derechos. “Este caso es asombroso”, dijo Jennifer Jenkins, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Duke, a Billboard. “Si ganan, esto conferiría un monopolio sobre todo un género, algo sin precedentes en los litigios de derechos de autor musicales”. La decisión sobre si el caso puede seguir adelante debería llegar a principios de 2024.

Hall contra Oats — Say it isn’t so!

Hall And Oates

Tras décadas de éxitos y giras, el querido dúo de pop rock Hall & Oates se sumió en una amarga guerra legal en 2023. ¿El casus belli? Un plan de John Oates para vender su mitad de una de las empresas conjuntas del dúo a Primary Wave — un acuerdo que Daryl Hall dice que lo dejó “pillado por sorpresa” y fue la “máxima traición a la asociación”. Hall cree que ese acuerdo (que cubre los derechos de grabación y los derechos sobre el nombre de la banda, pero no sus valiosas composiciones) viola los términos de su acuerdo, y dice que “no hay cantidad de dinero” que le convenza para asociarse con Primary Wave. Sin embargo, según los documentos judiciales presentados por ambas partes, parece que el acuerdo de Primary Wave fue solo el punto de inflexión final en un “divorcio” más amplio entre los dos cantantes. Tras un breve litigio en los tribunales de Nashville, la disputa se dirige ahora a un árbitro privado, que decidirá si el acuerdo puede seguir adelante.

Twitter (perdón, “X”) se enfrenta a la música

Twitter

Las cosas no marcharon bien en 2023 en el Twitter de Elon Musk (rebautizado como “X” en julio), donde a una avalancha de cuentas verificadas falsas y la proliferación de contenidos ofensivos le siguió un éxodo de grandes anunciantes. Las cosas empeoraron en junio, cuando una gran coalición de editores de música presentó una demanda alegando que Twitter se había convertido en un hervidero de música sin licencia y que el sitio había tomado pocas medidas para detenerlo. Encabezada por la National Music Publishers’ Association, la demanda alega que se han infringido los derechos de más de 1.700 canciones diferentes de autores como Taylor Swift y Beyoncé, un reclamo que, de demostrarse, podría suponer para la empresa de Musk una indemnización por daños y perjuicios de hasta 255 millones de dólares. Este caso es el más reciente de una larga serie de intentos de las editoras por recurrir a los tribunales para obligar a empresas como Roblox y Peloton a firmar acuerdos de licencia general para la música utilizada en plataformas tecnológicas, una fuente cada vez más importante de ingresos por derechos de autor. Nadie sabe si esa estrategia funcionará ahora con Musk, que hace poco dijo a anunciantes como Disney que se “vayan a la mier…”.

Demanda a Lizzo: ¿Positividad corporal o jefa tóxica?

Lizzo

El mundo de la música se conmocionó cuando Lizzo fue demandada en agosto por tres de bailarinas que afirmaban, entre otras cosas, que la cantante criticó a empleadas por sobrepeso. Esas afirmaciones no fueron el núcleo de la demanda, que alegaba que las bailarinas sufrieron acoso sexual y un ambiente laboral hostil, incluyendo presión para tocar a bailarinas desnudas durante un show de sexo en vivo. Pero la acusación sobre tamaño corporal — las bailarinas dicen que Lizzo cometió discriminación por discapacidad cuando “llamó la atención” sobre el aumento de peso de una bailarina — fue una acusación especialmente cargada contra una artista que ha hecho de la positividad corporal un aspecto central de su marca personal. Los abogados de Lizzo no se dan precisamente por vencidos. En octubre, presentaron una enérgica moción para que se desestime el caso, calificando las acusaciones de “historia triste inventada” por “oportunistas” en busca de “un día de pago rápido”. Argumentan que la demanda debería desestimarse en virtud de la denominada ley anti SLAPP de California porque amenaza la libertad de expresión de Lizzo, un argumento inusual sobre el cual un juez decidirá en cualquier momento.

Derechos de rescisión cobran relevancia

La rescisión de los derechos de autor — el derecho legal de cualquier músico a recuperar el control de sus obras décadas después de haberlas vendido a una discográfica o editora — siguió siendo uno de los asuntos legales más seguidos por la industria en 2023. En enero, artistas como  Don Henley, Sheryl Crow y Sting apoyaron una nueva norma federal destinada a garantizar que los compositores que recurran a la rescisión para recuperar el control de su música reciban realmente los derechos de streaming tras hacerlo. Semanas después, un juez federal desestimó una demanda colectiva en la que se alegaba que UMG había rechazado “sistemáticamente” notificaciones de rescisión de cientos de artistas. El juez dijo que el caso podría plantear “cuestiones de equidad en la ley de derechos de autor”, pero que no podía proceder como una demanda colectiva y que cada artista individual tendría que demandar a su sello discográfico por separado.

Los numerosos problemas legales de la inteligencia artificial

Ghostwriter

La noticia más destacada de 2023 — de música, derecho o cualquier otro ámbito — fue la repentina explosión de herramientas de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, una tecnología revolucionaria que ofrece nuevas e inmensas posibilidades y plantea nuevos y aterradores riesgos. La IA captó por primera vez la atención de la industria musical en abril, cuando un artista llamado Ghostwriter hizo viral un tema con voces falsas de Drake y The Weeknd generadas con IA, lo que provocó un debate sobre cómo los artistas pueden evitar el uso de sus voces. Pero la cuestión más grande — y potencialmente multimillonaria — es si las empresas de IA pueden “entrenar” a sus máquinas alimentándolas con millones de canciones escritas por humanos. En octubre, UMG y otras disqueras llevaron el asunto a los tribunales, alegando que la empresa de IA Anthropic infringía la ley al utilizar sin permiso vastas colecciones de canciones protegidas por derechos de autor. Anthropic dice que dicha capacitación es un uso legal claro y legítimo, pero UMG y las otras compañías de música argumentaron que no era más que un robo masivo: “El material protegido por derechos de autor no es gratuito simplemente porque se puede encontrar en Internet”.

Taylor sigue regrabando, y las disqueras responden

Taylor Swift

Incluso en el campo legal, Taylor Swift fue una fuerza dominante en 2023. La superestrella fue mencionada durante los alegatos ante la Corte Suprema federal; su Eras Tour estuvo en el centro de litigios antimonopolio, investigaciones federales y audiencias del Congreso; y hasta fue noticia cuando contrató a un litigante veterano como su nuevo abogado general. Pero la mayor historia legal de Swift este año ha sido en realidad su continuo lanzamiento de regrabaciones de “Taylor’s Version”, primero con Speak Now en julio y luego con 1989 en octubre. Y es que, como reportó en octubre Steve Knopper de Billboard, el éxito de las regrabaciones de Swift ha llevado a las compañías discográficas a tratar de evitar que esto vuelva a ocurrir. Durante años, los contratos discográficos estándar de Universal, Sony y Warner obligaban a los artistas a esperar entre cinco y siete años desde el lanzamiento del original, o dos años tras la expiración del contrato — lo que ocurriera más tarde — para volver a grabar música creada bajo el acuerdo. Pero a raíz de la campaña de regrabación de Swift, algunos abogados musicales dijeron a Billboard que estaban recibiendo contratos que amplían ese periodo a 10 y hasta 15 años o más. Llámalo el efecto Taylor: “Ahora, debido a todo este asunto de Taylor Swift, tenemos una negociación aún nueva”, dijo entonces un conocedor de la industria. “Es horrible”.

Menciones honoríficas

— Megan Thee Stallion acordó en octubre resolver una larga batalla legal contra su antiguo sello discográfico, 1501 Certified Entertainment. El acuerdo llegó después de más de tres años de amargos litigios derivados de su acusación de que 1501 engañó a la joven artista para que firmara un contrato discográfico injusto en 2018 que estaba muy por debajo de los estándares de la industria. Eso le allanó el camino para firmar un acuerdo de distribución con Warner Music en diciembre.

— Kesha y Dr. Luke llegaron a un acuerdo en junio para poner fin a una demanda de una década en la que se acusaba a la estrella pop de difamarlo en 2014 cuando ella lo acusó de haberla violado en 2005. El acuerdo se produjo en vísperas del juicio y apenas una semana después de que un tribunal de Nueva York emitiera un fallo clave que habría dificultado que Dr. Luke ganara el caso.

— DJ Envy, presentador del popular programa de radio de hip-hop Breakfast Club, fue demandado durante el verano por docenas de inversores que lo acusaban de ser cómplice de una presunta estafa multimillonaria de inversiones inmobiliarias en Nueva Jersey perpetrada por el famoso gurú inmobiliario Cesar Pina. Envy negó las acusaciones y dijo que él también había sido víctima de fraude. Pero cuando los fiscales federales acusaron a Pina en octubre de dirigir un “plan de fraude de inversión tipo Ponzi”, señalaron específicamente que Pina se había “asociado con un famoso disc jockey y personalidad de la radio” para impulsar su reputación.

— Las nuevas leyes estatales que restringen las actuaciones de drags han sido tachadas de inconstitucionales, primero en Tennessee, luego en Florida y finalmente en Texas, alegando en todos los casos que probablemente violan los derechos de libertad de expresión. En teoría, el objetivo de estas leyes es proteger a los niños de la obscenidad, pero los críticos afirman que las leyes vigentes ya lo hacen y que la nueva legislación es, en cambio, un ataque apenas velado contra la comunidad LGBTQ. La industria de la música ha seguido de cerca las nuevas leyes por temor a que algunos aspectos de los conciertos puedan entrar en conflicto con las nuevas y amplias restricciones.

— Tory Lanez fue condenado a 10 años de prisión en agosto por dispararle a Megan Thee Stallion en el pie durante una discusión, culminando tres años de drama legal sobre el violento incidente de 2020. La sentencia se produjo después de que Lanez fuera declarado culpable de tres delitos graves en el juicio, un veredicto que el cantante está apelando actualmente.

— Los dos miembros clave que quedan de Journey — el guitarrista principal Neal Schon y el teclista Jonathan Cain — se enfrentaron en los tribunales por un vaivén de acusaciones relacionadas con las finanzas de la banda y una tarjeta corporativa American Express. La demanda fue solo la punta del iceberg en lo que respecta a la disfunción interna y los problemas legales de Journey, como detalló Steve Knopper de Billboard.

— Una disputa privada entre los antiguos miembros de la legendaria banda de rock Mötley Crüe salió a la luz pública en abril, cuando el cofundador Mick Mars presentó una demanda en la que acusaba a sus antiguos “hermanos” de echarlo a la calle después de que dijera que no podía seguir de gira debido a una “trágica” discapacidad llamada espondilitis anquilosante. El resto de Crüe, en tanto, dice que le ofrecieron a Mars una “generosa compensación” como cortesía, pero que él en su lugar optó por presentar una “fea demanda pública”.

Billboard