Este fin de semana, Barbie, la comedia rosa sobre la famosa muñeca creada en 1959 y devenida fenómeno comercial desde entonces, se convirtió en una de las 52 películas en la historia en recaudar más de 1.000 millones de dólares en taquilla.
Pero es la primera vez que ese hito lo alcanza una película dirigida exclusivamente por una mujer.
Y esa mujer se llama Greta Gerwig.
Gerwig, quien comenzó su carrera dirigiendo películas de bajísimo presupuesto, ha tenido una carrera trepidante no solo como directora, sino también como actriz.
Pero ha sido detrás de cámara donde la directora estadounidense ha conseguido gran parte de sus logros.
Además de la impresionante taquilla conseguida con Barbie, Gerwig también fue la quinta mujer en la historia de Hollywood en conseguir una nominación en la categoría de mejor directora en los premios Oscar.
Lo hizo con su película semiautobiográfica de 2017, Lady Bird. Tras el éxito de este film interpretado por Saoirse Ronan, se entregó a la adaptación de la más famosa novela de Louise Mary Alcott, Mujercitas, que estrenó en 2019.
Y con Barbie, donde se midió al desafío de relatar con voz propia la historia de un controvertido ícono estadounidense lanzado al mercado hace más de 70 años, Gerwig ha logrado romper los récords de taquilla para una película enteramente dirigida por una mujer.
Pero más allá de su éxito en taquilla -que viene precedido por una gigantesca campaña de publicidad y mercadeo que pintó de rosa incluso el buscador de Google-, la crítica ha estado mayormente al lado de Gerwig.
“Es un placer inesperado decir que la película de Greta Gerwig, si bien sigue siendo fundamentalmente una comedia de aventuras de verano sobre la línea de juguetes Barbie, está lejos de ser el robo de dinero contundente que muchos de nosotros temíamos”, dijo el crítico de cine británico Robie Collin.
“El ángulo satírico, que es más probable que toque la fibra sensible de los espectadores mayores que de los preadolescentes, es explotado con entusiasmo y malicia”, agrega.
Otras directoras han dirigido películas que han superado la marca de los US$1.000 millones, pero trabajando con otras.
Frozen, el éxito de taquilla animado y su secuela han generado más de 1.400 millones de dólares en taquilla y fueron codirigidas por Jennifer Lee y Chris Buck.
Mientras tanto, Capitana Marvel, protagonizada por Brie Larson y codirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, generó más de US$1.100 millones en ingresos.
Pero, ¿cómo ha sido la carrera de Gerwig de dirigir películas de “cero presupuesto” a multimillonarios exitazos en Hollywood?
Lady Bird
Como bien lo cuenta su película Lady Bird, Gerwig es originaria de la ciudad de Sacramento, una ciudad mediana que es capital del estado de California.
Allí, Gerwig, quien actualmente tiene 40 años, tuvo una infancia y una adolescencia intensas, especialmente debido a su diagnóstico de desorden de la atención, que solo conoció ya de adulta.
“Me diagnosticaron déficit de atención cuando era adulta. Lo que significa que cuando era más joven, mi mamá me inscribía en todas las actividades posibles para ver si me agotaba y me quedaba quieta”, le dijo al diario británico The Observer.
Y fue en esa búsqueda de actividades donde se encontró con su primera pasión: escribir.
Tras terminar la universidad con un grado en filosofía se encontró en el camino con Joe Swanberg, un director de cine estadounidense famoso por realizar películas de presupuesto muy bajo, donde abundaba la improvisación actoral.
Junto a Swanberg escribió (y actuó en) «Hannah Takes the Stairs» y «Noches y fines de semana». Estas películas, a pesar de no estar dentro del círculo principal de Hollywood, le permitieron llegar a un papel que la daría a conocer: Florence Marr, en la película de 2010 titulada «Greenberg».
La película, protagonizada por Ben Stiller, obtuvo buenos comentarios de la crítica y llamó la atención de los estudios.
Pero sobre todo, fue allí donde conoció a quien sería su futura pareja: Noah Baumbach, el director de la cinta.
Y fue con Baumbach con quien volvería a la escritura: ella se puso al frente de «Frances Ha» (2012), una reflexión sobre su vida de estudiante en Nueva York en tono de comedia negra, y de «Mistress America» (2015), que también habla de aquellos años en la Universidad de Barnard, de la misma ciudad.
Por estas películas logró el reconocimiento, no solo como actriz sino como escritora y productora, lo que la condujo a dirigir su primera película en solitario: Lady Bird.
Mujercitas
“Lady Bird es sobre la chica que hubiera querido ser”.
De ese modo Gerwig le explicaba a la BBC el fondo de lo que sería su primer gran éxito como directora (ya había co-dirigido junto a Joe Swanberg «Noches y fines de semana»), «Lady Bird».
La película sobre una adolescente que busca su lugar en el mundo cuando está a punto de terminar el bachillerato en un colegio católico no solo la hizo merecedora de la nominación a mejor directora en los premios Oscar de 2016, sino que también confirmó que podía ser una directora rentable.
El film, que había costado US$10 millones, terminó recaudando US$78 millones.
Por esa razón, Sony Pictures le confió uno de sus proyectos más importantes de 2019: la adaptación de la famosa novela «Mujercitas», de la escritora estadounidense Louise Mary Alcott.
Para esta película, Gerwig no solo tenía más presupuesto (unos US$70 millones), sino que contaba con un reparto envidiable que incluía a Meryl Streep, Timothée Chalamet y Florence Pugh.
“Me siento muy afortunada y muy agradecida de que esto se haya hecho, porque parece muy poco probable: los estudios no hacen películas de época sobre hermanas basadas en libros. Es muy inusual que suceda», le dijo Gerwig a la BBC.
La película fue un éxito. Obtuvo una recaudación cercana a los US$200 millones y cinco nominaciones a los Oscar de ese año.
Sin embargo, también fue objeto de polémica. Gerwig no fue incluida -ni ninguna mujer- en la categoría de mejor dirección de los premios de la Academia estadounidense.
Personalidades como Hillary Clinton expresaron su descontento con la decisión.
“Creo que Greta Gerwig debería haber sido nominada. Realmente pensé que se lo merecía porque de verdad que la película está muy bien hecha”, dijo.
A pesar del agravio, Gerwig consolidó su carrera como directora, lo que la llevó a estar al frente de una de las megaproducciones de la poderosa Warner Brothers: Barbie.
De nuevo rodeada de un reparto de lujo, la producción era esta vez mucho más ambiciosa: cerca de US$120 millones de presupuesto y el nombre de la muñeca más famosa del planeta en el título.
“No era la adaptación de una novela. Era la versión de una muñeca que es uno de los íconos del siglo XX”, dijo la directora al diario británico The Guardian.
«Y la idea parecía lo suficientemente complicada, lo suficientemente pegajosa, lo suficientemente extraña, tanto que me di cuenta que podría haber algo interesante por descubrir».
Ahora, tras el paso de la euforia, Gerwig se prepara para dirigir una nueva versión de un clásico de Disney, Blancanieves.
BBC MUNDO