El año ha empezado por todo lo alto para Giselle Blondet. La presentadora cumplía 60 años y estrenaba nueva década con la mayor de sus sonrisas y más espectacular que nunca.
El 9 de enero, día de su cumpleaños, fue especialmente feliz este año por todas las razones que tiene para celebrar. Las felicitaciones de compañeros, familiares y anónimos no cesaron a lo largo de la jornada.
Pero, sin duda, uno de los momentos más emotivos y significativos para la puertorriqueña sucedía en el plató de La mesa caliente, su segunda casa y el show que también ha cumplido años, concretamente dos.
Sus compañeras le tenían preparado algo muy bonito, además de unas palabras y unas confesiones de amigas que le llegaron al corazón.
Fue Myrka Dellanos la encargada de dar voz a un video que resume lo que Giselle significa para todos, además de sus logros profesionales a lo largo de sus más de cuatro décadas de carrera.
Ahí ya comenzaron las lágrimas a asomarse en el rostro de la comunicadora, pero fue otra sorpresa la que la hizo llorar al recordar un duro momento ya superado y en el que se resalta su labor filantrópica.
La vida del pequeño Carlitos, un niño ayudado con respirador y afectado por una enfermedad, necesitó soporte vital cuando tuvo lugar el huracán María en su isla. Ella estuvo ahí para él y movió cielo y tierra para que pudiera ser trasladado y salvar su vida.
El agradecimiento de su madre todos estos años después y las imágenes de aquel reto que, con su ayuda, se logró superar, hicieron que Giselle no pudiera contener el llanto de emoción.
Un día lleno de alegrías y amor para la presentadora quien contó en el plató, además de con regalos, mariachis y otras sorpresas, la compañía de su consentido, su hijo Harold, quien se mostró muy orgulloso de su progenitora, igual que todos. ¡Felices 60!
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