Roberta Flack, la talentosa cantante y pianista, falleció a los 88 años. La intérprete, conocida por su estilo único y emotivo, dejó una huella imborrable en la música, convirtiéndose en una de las figuras más influyentes del jazz y el soul durante la década de 1970.
El ascenso a la fama: de las sombras a la gloria
Antes de cumplir 30 años, Roberta Flack pasó de ser una artista poco conocida a convertirse en una estrella internacional. Su gran oportunidad llegó cuando Clint Eastwood utilizó su tema The First Time Ever I Saw Your Face como parte de la banda sonora de la película Play Misty for Me (1971). La balada, con su poderosa voz y delicado piano, despegó en las listas de éxitos, convirtiéndose en un himno y ganando un Grammy como grabación del año.
En 1973, Flack repitió el éxito con otro tema icónico: Killing Me Softly With His Song. Esta canción no solo la convirtió en un éxito mundial, sino que también la hizo la primera artista en recibir dos premios Grammy consecutivos al mejor disco. Su habilidad para mezclar el jazz con el soul y el pop la hizo inconfundible, dejando una marca profunda en la música popular.
Una artista de múltiples facetas: desde pianista clásica hasta activista social
Flack no solo se destacó por su música, sino también por su compromiso social. Pianista de formación clásica, recibió una beca completa a los 15 años para estudiar en la Universidad de Howard. Además, fue una defensora activa de los derechos civiles. Entre sus amigos se encontraban figuras prominentes como el reverendo Jesse Jackson y Angela Davis. También participó en eventos importantes, como el funeral de Jackie Robinson y el proyecto Free to Be… You and Me de Marlo Thomas.
A pesar de su retirada de los escenarios, la influencia de Roberta Flack continúa viva. Su música ha trascendido generaciones, y su legado como una de las grandes voces de la música estadounidense sigue siendo un referente para artistas actuales.
