La estrella del porno estadounidense Whitney Wright ha causado polémica al viajar a Irán y grabarse a sí misma en varios lugares, entre ellos el Palacio Golestán y la antigua Embajada de Estados Unidos en Teherán, convertida en un museo antiestadounidense. Sus acciones han desatado la ira en las redes sociales iraníes.
La activista estadounidense Masih Alinejad, que sufrió intentos de asesinato por parte de Irán, criticó a Wright por realizar el viaje y por unas supuestas declaraciones en las que la actriz afirmaba que «si respetas la ley, estarás a salvo en Irán».
La artista propalestina, cuyo verdadero nombre es Brittni Rayne Whittington, compartió varias fotos de sí misma llevando un hiyab durante su viaje a Teherán. Dijo que «tenía que visitar» la embajada en la que estudiantes iraníes mantuvieron secuestrados a miembros del personal durante 444 días tras la Revolución Islámica de 1979. Sus fotos fueron borradas tras las reacciones y protestas generalizadas de los iraníes.
«Los comentarios están cerrados porque publicar fotos de mi viaje a Irán no significa aprobación del Gobierno», aseguró. En una de estas fotos, Whitney Wright aparecía junto a la bandera estadounidense en la antigua Embajada de Estados Unidos en Teherán, que ella describió como un «nido de espías» en el contexto de la literatura oficial de la República Islámica.
Whitney Wright publica fotografías desde Irán
Las fotos, que circularon por X, Facebook e Instagram, suscitaron reacciones muy diversas. Algunos comentaristas occidentales, recordando las opiniones «antisemitas» de la actriz, especularon con la posibilidad de que su visita a Irán fuera un movimiento estratégico para obtener apoyo financiero a su postura contra Israel.
La actriz se grabó a sí misma por toda la capital iraní a pesar de su trabajo en la pornografía, que la expone a cargos penales que conllevan la pena de muerte. El lunes, la actriz publicó en su cuenta de Instagram que no sabía «ni la mitad de lo que se está diciendo aquí, pero ya no estoy en Irán, sino en otro lugar».
Las autoridades oficiales de Irán no respondieron a la visita de Wright, pero los medios de comunicación de la oposición iraní criticaron el hecho de permitir la entrada de la actriz en Irán como un «claro doble rasero». Según la legislación iraní, hacer pornografía es ilegal y puede acarrear la pena de muerte.
Mientras el gobierno permite la entrada de una actriz porno extranjera, sigue reprimiendo a las mujeres iraníes con el pretexto de violar la ley del hiyab obligatorio. Incluso ha dictado penas de muerte contra quienes han participado en la creación o distribución de contenidos pornográficos. Los ciudadanos estadounidenses también necesitan visado para visitar el país, y no está claro cómo lo obtuvo la actriz.
EuroNews