InicioEntretenimientoDaddy Yankee rechaza administrador judicial en disputa con su esposa

Daddy Yankee rechaza administrador judicial en disputa con su esposa

El reconocido artista Daddy Yankee se opuso este martes a la petición de su aún esposa, Mireddys González, de nombrar un administrador judicial para las empresas que manejan su carrera. Esta solicitud surge en el marco del conflicto corporativo que ambos enfrentan tras su separación.

González, codueña de las corporaciones, argumentó que las disputas entre ella y el artista han afectado el funcionamiento adecuado de las empresas, por lo que pidió al tribunal que interviniera mediante la designación de un administrador judicial.

Sin embargo, los abogados de Raymond Ayala, nombre real de Daddy Yankee, calificaron esta solicitud como «errada en derecho» y «totalmente improcedente». En un comunicado, los letrados señalaron que la petición «denota un proceder frívolo y temerario ante el Tribunal».

El equipo legal del artista también destacó que el único asunto pendiente en el proceso judicial es una «solicitud de desacato por incumplimiento» presentada contra González y su hermana, Ayeisha. Además, acusaron a ambas de desarrollar una «campaña mediática falsa de descrédito» contra Daddy Yankee, con escritos que carecen de mérito jurídico.

La raíz del conflicto: $100 millones en juego
El pleito por el control de las empresas El Cartel Records y Los Cangris Inc. comenzó a finales del año pasado, luego de que las hermanas González realizaran transferencias de 100 millones de dólares desde las cuentas corporativas a cuentas personales, sin el conocimiento ni autorización del artista.

Según los abogados de Daddy Yankee, el cantante continuará ejerciendo sus responsabilidades como presidente de las empresas y tomará todas las medidas necesarias para investigar las acciones relacionadas con las corporaciones mientras estuvieron bajo la gestión de las hermanas González.

La disputa judicial promete seguir generando titulares, con ambas partes defendiendo sus posiciones en un caso que pone en juego no solo millones de dólares, sino también el control de las empresas que han acompañado la trayectoria del «Big Boss».