¿De qué se trata Cónclave? No es una película religiosa. Es una historia de poder, secretos y dilemas morales… que sucede en uno de los lugares más sagrados del mundo: el Vaticano.
Dirigida por Edward Berger (Sin novedad en el frente) y protagonizada por Ralph Fiennes, Cónclave se mete de lleno en los pasillos del poder eclesiástico tras la muerte de un papa.
El cardenal Lawrence (Fiennes) se enfrenta a una guerra silenciosa entre cardenales para elegir al nuevo pontífice, mientras descubre que el juego está lleno de favores, secretos y traiciones.
¿Qué rituales y procesos muestra la película?
El film retrata de forma detallada y dramática lo que sucede dentro del famoso cónclave: el encierro, las votaciones secretas, los bloqueos, el humo blanco, y cómo se va filtrando el “voto político” incluso dentro de una elección espiritual.
Las alianzas, los escándalos, y el misterio alrededor de un cardenal secreto —Benítez, enviado en misión especial a Kabul— le dan al guion un aire de thriller político eclesiástico.
¿Tan despiadado es el juego político?
Sí. Pero también humano. La cinta muestra cómo incluso en la institución más antigua del mundo, el poder sigue siendo un deseo… y un problema.
Los personajes tienen miedo, orgullo, convicciones, secretos.
Uno acepta sobornos, otro oculta un hijo fuera del celibato, otro carga con una culpa histórica.
Y en el medio, hay un solo objetivo: llegar al trono más sagrado del mundo.
¿Cómo se elige al nuevo papa?
La cinta deja claro que no es cuestión de fe. Es cuestión de estrategia.
Cada votación es un campo de batalla. Se necesitan dos tercios para llegar al “habemus papam”. Pero nadie quiere soltar su candidato. Nadie quiere perder influencia.
Por eso, hay bloqueos, transferencias de votos, rumores y hasta chantajes silenciosos.
Y aunque parezca ficción, eso también ha pasado en la vida real.
La película como fenómeno
Cónclave se estrenó en 2024 y arrasó en crítica y premios.
Nominada a los Globos de Oro, Critics’ Choice y ganadora del BAFTA a mejor película en 2025, su impacto va más allá del cine: abrió una conversación global sobre lo que la Iglesia oculta… y lo que revela.
¿Por qué verla ahora?
Porque justo en este momento el mundo se prepara para una nueva elección papal, y entender este proceso desde una historia tan potente, visual y dramática es más relevante que nunca.